Alicia Martínez López-Hermosa («Alcántara») fue la encargada de cerrar anoche en la Extensión ibicenca de la UIB el ciclo «Personatges de la nostra història» con una conferencia sobre «Joan Castelló Guasch: Humanista». Las cinco ponencias del ciclo organizado por la Associació d'Amics del Museu Arqueològic (que tendrá continuidad en años sucesivos) serán recogidas en un libro que se publicará en 2002.

La condición de «humanista» fue, según Alicia Alcántara, el rasgo fundamental de la personalidad de Joan Castelló. «Era todo un humanista a la manera del Renacimiento; un hombre que quería saber de todo, que luchaba por todo, tanto con las manos como con la mente. Un verdadero lletraferit, como decimos aquí».

De su legado, lo más destacable fue la creación de «El Pitiús», en 1945; la creación de la Casa de Eivissa en Mallorca, en 1953, y las «rondaies». «Ahí es donde se revela de verdad el humanista que fue, porque se mete en ellas, las cambia, analiza, tergiversa... Un trabajo tremendo», apuntó la escritora ibicenca, quien reconoció que su obra «ha sido reconocida y toda ella está bien publicada».

Joan Castelló Guasch (Eivissa, 1911- Palma, 1978) vivió en su isla hasta los tiempos de la II República. Su «exilio» en Mallorca fue provocado por «un artículo que escribió contra la Guardia Civil en El Obrero Balear, donde trabajaba en la época. Como la condena le obligaba a presentarse en Palma semanalmente, se tuvo que ir a vivir allí», explicó la conferenciante, quien no es consciente de su recuerdo. «Creo que lo conocí, pero era tan pequeña que se me ha ido de la memoria; pero era del grupo de Isidor Macabich y de mi padre; un personaje muy interesante», concluyó.

Un vitalista ilustrado
Según Alicia Alcántara, Joan Castelló «era un gran vitalista; jugaba al fútbol, fue botiguer, pastelero, trabajó en una farmacia... hizo de todo, hasta que tocó las letras en la imprenta de El Resumen. A partir de entonces nació el humanista intelectual»