GUILLERMO ROMANÍ Hasta el próximo día 25 estará abierta al público en la Sala de Cultura de «la Caixa», en Sant Francesc, la primera exposición que Bernd Altvater presenta en Formentera, isla que conoció hace 40 años y cuya huella es fácil de rastrear en su amplia y variada obra.

Hace cuatro décadas, cuando pocos sabía de la existencia de «la perla del Mediterráneo», Altvater ya recorría sus intrincados caminos a pie y en bicicleta. Impresionado por su belleza y la tranquilidad de la isla, el artista se construyó una casa con vistas al mar, donde trabajaba en medio del romero, la frígola y las lagartijas. Nacido en Düsseldorf en 1939, Altvater heredó su pasión por el arte de su padre, grafista de profesión, de quien heredó su pasión por las líneas claras y directas.

Desde muy joven se inició en el mundo del dibujo y la pintura, pese a que su familia quería que se dedicara a un trabajo con sueldo fijo y seguro. Por tal motivo se matriculó en la carrera de arquitectura, que nunca lograría terminar, pasando más tarde a estudiar Bellas Artes y especializándose en artes gráficas y en publicidad. Tuvo una agencia publicitaria que abandonó por causa de una enfermedad. Más tarde decidió dedicarse íntegramente al arte como autónomo, trabajando como ilustrador, dibujante y pintor. Colaboró con la revista «Brigitte», para la cual realizó el calendario de los horóscopos de este año, y ha ilustrado libros infantiles, científicos, de divulgación y folletos publicitarios.