El actor estadounidense Troy Donahue, ídolo juvenil de los
cincuenta y sesenta, falleció el domingo a los 65 años de edad en
un hospital de California. Donahue, prototipo del buen americano
rubio y de ojos azules, ingresó el pasado jueves en el Hospital
Saint John de Santa Mónica tras sufrir un ataque al corazón. Tras
ser intervenido sufrió una segunda crisis cardiaca, y el sábado le
fue colocado un bypass.
Troy Donahue, cuyo verdadero nombre era Merle Johnson, nació en
Nueva York en 1936. Su primera película fue «Man Afraid» (1957), de
Harry Keller, y dos años después firmó un contrato con la Warner
Bros, estudio en el que conseguiría la fama en la década de los
sesenta. A finales de los cincuenta apareció como secundario en
títulos como «Imitación a la vida», de Douglas Sirk, aunque se fue
orientando hacia cintas ligeras que le hicieron tremendamente
popular, como «En una isla tranquila, al sur» (1959), con Sandra
Dee, otro icono de la época. Más tarde llegarían «Parrish» (1961) y
«Susan Slade» (1961) y «Más allá del amor» (1962).
Donahue se casó en tres ocasiones, una de ellas con la también
actriz Suzanne Pleshette, con la que coincidió en «Más allá del
amor» y «Una trompeta lejana» (1964), de Raoul Walsh. Actualmente
estaba prometido a Zheng Cao, una mezzosoprano a la que conoció
hace diez años en un crucero.
A mediados de los sesenta, la fama de Donahue se eclipsó tan
rápido como había llegado. Aunque guapo, no era un gran actor, y el
estilo de interpretación arrebatado a lo Marlon Brando y las
películas de más calado intelectual le dejaron fuera de escena en
favor de estrellas ascendentes como Paul Newman. Años más tarde
Francis Ford Coppola le recuperó para «El padrino II», donde
interpretaba a un personaje secundario llamado Merle Johnson.
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