A juzgar por la respuesta de la mayoría de los asistentes (fría y casi indiferente), el concierto de Psico Rude Boys del Espacio Exterior en Sant Agustí el pasado martes no estuvo a la altura del de los años precedentes. El grupo granadino apenas consiguió conectar con el público en una actuación que duró apenas una hora, aunque luego añadieran dos bises cortos.

Con una base rítmica en la que el ska, el rock steady y el regae eran el sonido dominante, fueron desgranando canción tras canción, desconocidas por un auditorio que no parecía con ganas de bailar, salvo el sector de uno de los lados del escenario, ya que el otro estaba ocupado por asientos. Para colmo, sopló un fuerte viento, lo que supuso que antes de la una de la mañana, con un fondo insólito de música disco, terminará la deslucida fiesta del día del patrón.

Como prólogo al concierto de Psico Rude Boys, tuvo lugar la actuación de un grupo de capoeira, danzas rituales brasileñas, que sí captaron el interés de los asistentes que llenaban (acaso en menor proporción que años anteriores) la plaza de la iglesia y alrededores.