Carmen Bravo (derecha) actuará esta noche en Sant Carles acompañada por la soprano japonesa Atsuko Kudo (izquierda).

«A pesar de que tengo parientes en la capital, es la primera vez que vengo a Eivissa, lo que me hace mucha ilusión». Con estas palabras, Carmen Bravo, viuda de Frederic Mompou, resumió ayer para Ultima Hora Ibiza y Formentera la expectativa que tiene para el concierto que ofrecerá a las diez de esta noche en el Centre Cultural de Sant Carles, en compañía de Atsuko Kudo. El programa que interpretarán la pianista catalana y la soprano japonesa «lo hemos preparado pensando en que se trata de un festival de verano y que el público será sobre todo turístico».

«La música de Mompou es muy espiritual, muy interiorizada, pero también tiene obra de tipo descriptivo, con toque de recuerdos folklóricos, lo que me parecía más indicado», explicó. Carmen Bravo señaló que «la obra más emblemática, la cumbre de su estética está en los cuatro cuadernos de 'Música callada', pero he pensado que para esta ocasión no era oportuna, pues merece un capítulo aparte. Se toca entera y es una obra un poco difícil para el gran público». Y es que, aunque la obra de Mompou es valorada en el mundo entero, su viuda cree que «no está muy difundida. A mí me gustaría que fuera tan reconocida como la de Rodrigo, que es una música muy pegadiza, castellana y basada en la tradición popular, aparte de la bondad de su estética, que es buenísima».

«Pero la música de Mompou es un poco de fuera para dentro, la tienes que entender y asimilar, no es pegadiza», apuntó Bravo. Sin embargo, eso no quita para que «su música esté muy estudiada en los grandes libros de análisis. He estado en Nueva York hace poco y en el concierto que di tenía doce pianistas; había muchísimo interés, varios estudiantes han hecho tesis doctorales sobre su estética... En fin, que en una lista estarían Falla, Albéniz, Granados, Turina, Mompou y Rodrigo, que era algo más joven que él».