Salvador Brotons durante la presentación del concierto de Formentera. Foto: VICENÇ FENOLLOSA

«Al estar la orquesta pagada por todos los ciudadanos de las Islas, creo que es muy importante que Formentera también tenga una compensación». Con estas palabras resumió Salvador Brotons su punto de vista sobre el primer concierto de la Orquestra Simfònica de Balears en Formentera, que tendrá lugar a partir de las nueve y media de esta noche en la plaza de Sant Francesc. En su condición actual de director invitado, dirigirá un programa que incluye la «Sinfonía nº4 en la mayor», de Mendelssohn; «Mascarada, Suite», de Kachaturian, y una selección de la Suite «El lago de los cisnes», de Tchaikovsky.

Director de la Simfònica de Balears desde 1994 a 1997, Brotons pidió ser relevado en el cargo para poder atender mejor a sus múltiples compromisos nacionales e internacionales, ya que es el director titular de la Simfònica del Vallés (Cataluña) y de la Vancouver Symphony, además de director invitado en otras orquestas destacadas de Europa y Estados Unidos. «Estoy mejor así, porque me queda tiempo para componer y tengo más movilidad para hacer cosas en el extranjero. Lo prefiero, pues antes había momentos en que no tenía tiempo para nada; ni conmigo ni con los otros, ni sabía siquiera donde estaba», explicó a Ultima Hora Ibiza y Formentera . «Además, de esta forma mantengo contacto con la orquesta sin los quebraderos de cabeza que conlleva organizar todas las cosas cuando uno está al frente de una orquesta», añadió.

Entre los proyectos de composición que el músico catalán tiene entre manos, figura «una Cantata sobre temas de Jacinto Verdaguer, que se estrenará en Barcelona el año que viene; una ópera y otras muchas cosas. Además, acabo de estrenar una Staba Mater para coro y orquesta con la Ciudad de Barcelona. En fin, la actividad compositiva no para, y esto es algo que me importa mucho personalmente».

Del concierto «histórico» que ofrecerá esta noche en Formentera con la Simfònica, Brotons cree «que puede ser una cosa muy bonita. Me han dicho que en la isla se está creando un ambiente musical bastante importante y hay una escuela de música». «Además, nunca antes había tocado una orquesta sinfónica en un lugar al que se le conoce como el último paraíso del Mediterráneo; con el añadido personal de que no conozco todavía la isla, así que se reúnen varias emociones a la vez», precisó. Sobre la posibilidad de que la Simfònica vuelva pronto a Eivissa (la última vez fue en octubre del 99, en el Festival de Música Clásica), comentó que no estaba seguro, «pero supongo que sí. Lo normal es que fuera a todas las Islas por lo menos una vez al año, y deberían ser más. Porque una vez que se ha preparado un programa, que es lo difícil, habría que hacer lo posible para que fuera disfrutado en toda Balears».