El perímetro de la Almudaina islámica de Dalt Vila, enmarcada en lo
que hoy conocemos como el recinto del Castillo, comienza a dejar de
ser un misterio para los investigadores. El equipo de arqueólogos
de la empresa zaragozana Arqueología y Restauración S.L. han sacado
a la luz la base de la llamada Torre V en el patio de armas -cuya
ubicación exacta no había sido aún determinada-, aunque no han
logrado hallar restos de la muralla árabe ni de la Torre X bajo el
suelo del Caballero de Santa Bárbara -donde se suponía que estaba-,
lo que podría modificar el perímetro que hasta ahora se estimaba
que abarcaba la Almudaina.
Bajo un sol abrasador, cerca de una veintena de personas
trabajan en las siete catas arqueológicas. La dirección de la obra
corre a cargo del arqueólogo valenciano Enrique Dies Cusí y como
codirectores figuran los responsables de Arqueología y Restauración
S.L., Javier Navarro y Francisco Romero, junto con la arqueóloga
Natalia Láinez. Los esfuerzos de la campaña se están centrando en
la delimitación de la Almudaina y, de este modo, las siete catas se
distribuyen formando una elipse que, si trazáramos una línea entre
ellas, recorrería los límites del recinto del Castillo desde el
Caballero de Santa Bárbara hasta el patio de armas y la Casa del
Governador.
Pero los arqueólogos también han logrado encontrar el acceso
principal a la Almudaina desde el interior. Este acceso estaba
documentado desde el patio que ocupa hoy el Palacio Episcopal. Al
excavarlo desde el interior del Castillo se ha comprobado que la
muralla en esta sección contaba con más de dos metros de grosor. La
puerta se encuentra tapiada, pero se divisan claramente las jambas
de la misma y la rampa que permitía el acceso de personas y
animales. Al hablar de esta cata, situada en uno de los laterales
del edificio Simon Poulet, Dies Cusí afirma con un toque de humor
que han llegado «con cuatro siglos de retraso», puesto que las
obras que se realizaron en el siglo XVI, con la construcción de una
cisterna incluida, arrasaron una sección de muralla que los
arqueólogos consideraban interesante estudiar.
Dies Cusí explicó a Ultima Hora Ibiza y
Formentera la dificultad que entraña excavar en el
Castillo debido a los diversos niveles naturales de roca que
presenta. «Podemos excavar hasta cuatro metros de profundidad en
una zona y, tres metros más allá, encontrarnos con que la roca no
nos permite bajar a mas de metro y medio». Pero los hallazgos
realizados hasta el momento permiten que los rostros de los
arqueólogos reflejen un semblante de optimismo. Aún así, aclaran:
«Los resultados obtenidos son provisionales. Tras la campaña sobre
el terreno se tienen que llevar a cabo aún toda una serie de
análisis de los materiales encontrados, que pueden permitir conocer
datos sobre la economía, el medio ambiente, la agricultura,
etc.».
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