El pintor catalán Jordi Pallarés ha regresado a Eivissa para reencontrarse, diez años después, con un espacio conocido, el de la galería Van der Voort, en la Plaça de Vila, donde desde ayer y hasta el próximo día 28 de agosto presenta sus últimas creaciones, marcadas por su fuerza pictórica.

Estudiante de Arquitectura y Diseño Industrial, Pallarés se licenció finalmente en Bellas Artes por la Universitat de Barcelona en 1987, siendo entonces compañero de estudios del pintor formenterés Enric Riera, quien asistió ayer a la inauguración.

En su pintura, Pallarés ofrece una fuerte carga simbólica y altamente gestual y matérica, donde, como señala Cati Verdera, directora de la galería Van der Voort, «la violencia es roja, la inocencia y la virtud son blancas y el negro significa austeridad, renuncia y dolor».