Una trayectoria teatral que en 2000 cumplió 25 años de historia.

«La única alternativa real ahora es apelar a la caridad pública y privada; agradeceremos cualquier apoyo y ayuda que nos ofrezca una solución a esta nueva calamidad». En estos términos explicó ayer Toni Riera a este periódico la urgencia que el Grup Amateur de Teatre (GAT) tiene por encontrar una nueva sede, tras retirarle el Obispado la cesión del teatro de la Residencia Reina Sofía. «Le estamos muy agradecidos por su generosidad en dejarnos este local por cinco años, como antes lo hizo con la iglesia de l'Hospitalet, pero es que nos quedamos en la calle, en una situación que no es que sea grave, sino trágica», apuntó este entusiasta miembro del veterano grupo de teatro, que el pasado año celebró sus bodas de plata.

Riera considera «vital» para el grupo tener un lugar «donde ensayar con dignidad y guardar todo el material acumulado en una trayectoria tan larga como la nuestra». «Incluso pensamos en comprar un local con el esfuerzo de todos y buscando subvenciones, pero nos ha coincidido con un momento inmobiliario imposible, todo está por las nubes, sobre todo para nosotros que somos una asociación cultural sin ánimo de lucro», señaló. Aunque son muchos los socios del GAT, el núcleo más activo y entusiasta lo forman unos 20 miembros. «Siempre que tenemos que adoptar decisiones importantes hacemos una asamblea; ahora montaremos otra para ver qué solución encontramos al problema del local y para organizar las actividades que programaremos para el curso que viene», explicó Riera.

En cuanto a la dirección del grupo, la responsabilidad está repartida. «Cristina Torres es la presidenta del GAT y dirige el trabajo burocrático, pero la directora artística sigue siendo y será Merche Chapí, que es la que sabe realmente del teatro; lo que pasa es que ella nos ha incentivado a unos cuantos, como Antonia Cardona, Cristina o yo mismo para que dirijamos algunos montajes, un campo muy interesante en el que se aprende mucho». A pesar de la gravedad de la situación, Riera se mostró optimista sobre el futuro del grupo. «Quiero creer que el GAT tiene todavía muchos años por delante, y entre todos le daremos vida. Esto es como un matrimonio, cuando se celebran las bodas de plata se va a por las de oro»