Descubierta en el año 1907 por la Sociedad Arqueológica Ebusitana,
la cueva de es Cuieram es uno de los iconos del mundo antiguo en
suelo ibicenco. Las noticias de que en una cueva se habían
encontrado diversas figuritas de terracota movilizó a los
integrantes de la Sociedad, que descubrieron la cavidad en un monte
de la finca de Can Quintals, cerca de dos kilómetros al oeste de la
Cala de Sant Vicent. Los resultados de la campaña realizada aquel
mismo año fueron espectaculares: 600 terracotas completas, 1.000
cabezas de otras estatuillas fragmentadas, restos de un altar
votivo y un león esculpido en en marfil, según los datos anotados
por Carlos Roman.
Pero la cueva cayó en el olvido durante varias décadas y la
ausencia de excavaciones en el lugar facilitó el trabajo de los
expoliadores. Es Cuieram vivió su época de máximo esplendor entre
los siglos III y II antes de Cristo, aunque su fase más antigua se
remonta a los siglos V y IV a. C. Originalmente se contempla que
este espacio debió ser tan sólo un santuario, aunque posteriormente
se modificó la cueva añadiendo una sala artificial y una cisterna
-de la cual sólo permanece su base-, quedando configurado el lugar
en varias dependencias.
Históricamente, las investigaciones han podido determinar dos
épocas principales: una prehistórica y la siguiente correspondiente
al santuario púnico. Uno de los descubrimientos más interesantes
fue el de una placa de bronce en la que figura la dedicatoria del
santuario hecha en el siglo V a.C. por alguien llamado 's'dr, hijo
de Ya'as ay y realizada a Resef Melkart. En el reverso, y datada
aproximadamente en el siglo III a.C. existe otra inscripción en
caligrafía tardopúnica, en este caso de Abdeshmun, un sacerdote.
Todos estos hallazgos han llevado a pensar que si bien la cueva fue
un simple santuario en sus inicios pudo convertirse en un templo
perfectamente organizado.
El estudio pormenorizado del lugar permite determinar, dada su
estructura y la cantidad de restos localizados, que se trata de un
ejemplo único en el arco mediterráneo. A hablar del funcionamiento
del santuario, los investigadores establecen que la cámara más
profunda debió estar dedicada al depósito de los exvotos y los
huesos animales procedentes de los sacrificios. La exigencia de que
éstos últimos fueran incinerados obliga a pensar que el vestíbulo
principal, más aireado, era el lugar en el que se realizaban estas
ceremonias, en las que también se arrojaban al fuego los
exvotos.
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Periódico de Ibiza y Formentera
De momento no hay comentarios.