El guitarrista Manolo Sanlúcar y el compositor José Manuel López, dos formas diferentes de entender la música, flamenco el primero y contemporáneo el segundo, obtuvieron ayer el Premio Nacional de Música, que otorga el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte. Ambos artistas recibirán cada uno cinco millones de pesetas, cuantía económica de este Premio Nacional fallado por un jurado presidido por Andrés Amorós, director general del Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música.

A sus 55 años, Manolo Sanlúcar recibía la semana pasada el IX Premio Flamenco «Calle de Alcalá», tras un silencio discográfico de once años con «Locura de brisa y trino», un álbum con poemas de Lorca para el que contó con la colaboración de su hermano Isidro y de la cantaora Carmen Linares. Disco por el que se le ha otorgado el Nacional de Música. Desde que grabó su primer disco en los 60, su carrera ha sido tan prolífica como respetada, con 22 álbumes que incluyen éxitos como «Caballo negro», y una gran preocupación por hacer llegar el flamenco a todo tipo de públicos y lugares.

«El flamenco se forma de los sentimientos más puros y es fuente de donde se emana cultura», confesaba recientemente en una entrevista. Manolo Sanlúcar nació en Sanlúcar de Barrameda (Cádiz) y desde pequeño se dedicó a la música junto a su padre. Los primeros en interesarse por él fueron La Niña de los Peines y Pepe Pinto y, más tarde, trabajó como acompañante de Pepe Marchena. A los 17 años grabó su primer disco y, en 1972, debutó en el Ateneo de Madrid. Entre sus primeras grabaciones destacan tres LPs que integran la trilogía «Mundo y Forma de la Guitarra Flamenca». En 1981 grabó la primera ópera andaluza junto a Rocío Jurado y Juan Peña Lebrijano, con el nombre de «Evangelio Gitano». Sanlúcar ha dedicado parte de su trabajo a la enseñanza, en Madrid y Andalucía, y su obra es conocida en todo el mundo gracias a los recitales que ha ofrecido, algunos de ellos junto a Paco de Lucía y John McLaughlin.