«Símbolos escogidos de la pintura barroca» es el título de la conferencia que Elena Ruiz Sastre ofreció ayer en la Biblioteca Municipal, con la que se cerró el ciclo homenaje a Calderón de la Barca en el cuarto centenario de su nacimiento. La directora del Museu d'Art Contemporani (MAC) centró su charla, ilustrada con algunos cuadros, sobre «aspectos del barroco que a mí me interesan: el contenido en símbolos, en significados, en alegorías, metáforas; algo inseparable en la pintura barroca, una pintura que tiene una lectura fácil y al mismo tiempo muy difícil, porque el valor intrínseco de la obra de arte está indisolublemente ligados a cuestiones muy personales; en eso se parece a la pintura contemporánea», explicó.

De entre la abundante nómina de pintores del Siglo de Oro que Ruiz trajo a colación, destaca Velázquez. «Sus coincidencias con Calderón son abundantes. Por ejemplo, en el cuadro de las lanzas está la obra de teatro de 'La rendición de Breda'. Hay frases que están magníficamente interpretadas por el cuadró». «Incluso hay textos de Calderón en los que da preeminencia a la pintura sobre todas las artes, concediéndole un valor de síntesis», señaló.

Aplicando el método iconológico de Panovsky, que no sólo describe y une las formas, «sino que llega a la sutileza de los lenguajes particulares», la directora del MAC citó algunos ejemplos de las generaciones más importantes del siglo de Calderón: la Escuela sevillana, el Foco toledano, la Escuela madrileña, la Generación Plena... con nombres tan prestigiosos como El Greco, Ribera, Valdés Lean, Alonso Cano o Lucas Jordan.

Dada la amplitud del repertorio, la selección de las obras concretas destacadas por Elena Ruiz tuvieron un carácter subjetivo («cuadros que a mí me gustan e interesan», apuntó). Entre ellos, se centró en tres obras de Velázquez, «muy significativas para mí, un retrato de Mariana de Austria, la Venus del espejo y un retrato del Príncipe Baltasar Carlos con un enano».