El filólogo Martí de Riquer obtuvo ayer el Premio Nacional de las Letras Españolas 2000, concedido por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte y dotado con cinco millones de pesetas. El jurado otorgó el galardón por la amplitud y calidad de su obra escrita en catalán y castellano sobre literatura medieval, especialmente en relación con la literatura provenzal, catalana, castellana y francesa.

Asimismo se ha valorado la trascendencia de su obra como cervantista y estudioso y editor de «Tirant lo Blanch», así como su obra lexicográfica, de investigador de la heráldica y el folclore, y su obra memoralística, en la que destacan sus valores narrativos.
Martí de Riquer es doctor en Filología Romántica y catedrático emérito de Literaturas Románicas de la Universidad de Barcelona. Inició su actividad en 1942 en la Facultad de Letras de Barcelona y en 1950 ganó la cátedra de Historia de las Literaturas Románicas. Además, ha sido profesor del Rey y es miembro de academias y asociaciones eruditas de España y el extranjero. Martí de Riquer dijo ayer que «existe un creciente interés por la literatura medieval» debido «a la necesidad de contraste con un tipo de novela actual muy realista».

En su opinión, los estudios sobre literatura medieval no son algo lejano en nuestros días, puesto que versan sobre un tipo de narraciones «idealista y fantasiosas» que despiertan mucho interés. «Cada vez hay más películas y libros de autores contemporáneos sobre temas medievales», ha dicho este Académico de la Lengua, que considera que este interés es un fenómeno reciente. Y aseguró que recibió el premio con sorpresa: «No sabía que se concedía en estas fechas», y con alegría: «Es una satisfacción ver que se han acordado de este viejo».