Elmyr d'Ory durante el rodaje en Eivissa de la película «F for Fake», de Orson Welles.

La larga estela de uno de los más grandes falsificadores de la historia del arte, Elmyr d'Ory, parece no tener fin. El pasado mes de junio, doce de sus obras realizadas «al modo» de grandes maestros de la pintura moderna fueron vendidas en Londres.

Según cita el periódico británico «The Independent», las doce telas de Elmyr d'Ory fueron adquiridas por un total de 25.000 libras esterlinas (seis millones setecientas mil pesetas), muy probablemente una cifra inferior a las que llegó a mover su «arte» con anterioridad, y todas ellas estaban protagonizadas por pintores impresionistas y otros artistas del siglo XX.

Elmyr d'Ory se quitó la vida en Eivissa el año 1976, presionado por una orden de extradición que le hubiera llevado a Francia. El pintor tuvo que responder ante la justicia tras una demanda presentada por una hija de Matisse y un millonario tejano. Fue detenido en la isla en 1974 y la orden de extradición se dictó, no por las falsificaciones en sí mismas, como hubiera sido de suponer, sino por un proceso basado en los sellos de aduana y certificados de garantía de diversas galerías relacionados con las pinturas.

D'Ory aseguró en numerosas ocasiones que su regreso a Francia suponía su muerte segura, ya que entre los cargos presentados contra él se encontraba el de haber tenido contactos con clanes mafiosos galos que le habrían reportado cuantiosos beneficios económicos. Pero, de todos modos, el pintor siempre repudió el término de «falsificaciones» para sus telas, indicando que lo que él hacía era tan sólo pintar al estilo de los grandes maestros. La azarosa vida del pintor llamó la atención de otro maestro, aunque en este caso del cine. Orson Welles quedó fascinado por la personalidad de d'Ory en 1974 cuando trabajaba en un largometraje documental sobre el escritor Clifford Irving, autor de un libro basado en la vida del millonario Howard Hughes. Welles les encontró a los dos en Eivissa y les convirtió en los coprotagonistas de «F for Fake», película sobre la que el propio director dijo: «Todo en este largometraje es un fraude».