«Tuve que decidir entre tener una familia o ser artista, y
sacrifiqué la pintura». De esta forma explicó a Ultima
Hora Ibiza y Formentera Anneliese Witt, fundadora y
directora de la escuela de arte infantil Infantart durante 23 años,
el dilema personal al que se enfrentó cuando al casarse con el
pintor ibicenco Rafel Tur Costa en 1960 y tener que cuidar la casa
y los dos hijos que tuvieron, no pudo seguir su personal vocación
artística.
«Al principio intenté todavía seguir pintando, pero no había
manera; en cuanto me ponía a ello, un niño lloraba, otro me pedía
algo y tuve que dejarlo», añadió esta alemana nacida en Berlín hace
65 años, quien ha decidido cerrar Infantart y «jubilarse», en el
mejor sentido de la palabra, el del «jubilo» que le supone
dedicarse a otra actividad artística más relajada y personal, el de
la creación propia mediante la escultura cerámica.
Al cerrarse la escuela Blat, y como se aburría, Witt convenció a
su marido para abrir en un piso que este tenía en la calle de las
farmacias la escuela Infantart. Mucho trabajo, pues; y esa es la
razón por la que cierra Infantart. «Pensé que valía más dejarlo
mientras tuviera salud y con ganas aún de hacer cosas que me
apetecen, sobre todo cerámica, aprovechando el horno que compré
para cocer las cosas de los niños. Aprendí la técnica de torno y
esmalte en La Bisbal y con Antonio Peinado», precisó. Pero no
realizará objetos de uso cotidiano, sino escultura cerámica; una
nueva ilusión que la rejuvenece. «Mi proyecto en la vida en
realidad era el arte. A los 17 años quería ser artista y, a ser
posible, muy famosa; pero las cosas vinieron de otra manera».
«Ahora me siento con muchas ganas y feliz en mi estudio de
cerámica, deseando empezar». concluyó.
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