Jo Käser (Hamburgo, 1959) descubrió por primera vez la isla el pasado verano. Foto: MARGA FERRER.

«La frustración que me produce enfrentar las expectativas interiores con la realidad la resuelvo en mis esculturas mediante la ironía de la expresión del movimiento estático». Con esta explicación, algo paradójica, el escultor alemán Jo Käser explicó a este periódico la motivación que late en la creación de una obra que se expone en estos momentos en la galería-librería El Libro Azul de Santa Gertrudis. La muestra, en las que presenta alrededor de treinta esculturas realizadas en Eivissa, ha prolongado su apertura al público hasta el día 29.

Como ha sucedido con otros artistas, la relación de Jo Köser con la isla tiene algo de flechazo emocional. El verano pasado la descubrió en lo que pensó sería solamente unas vacaciones; pero «me atrapó el estilo de la isla, su filosofía vital y decidí quedarme aquí por un tiempo para captar su espíritu y aprender un poco de español», señaló.

Aunque también ha tenido colaboraciones amistosas que le animaron a prolongar sus vacaciones. «Conocí a artistas tan interesantes como Mikus y a la galerista Jannette Bleeker, del Libro Azul, que me propuso hacer una exposición. Luego, participé con una escultura en la muestra colectiva que hizo el escultor francés Jacques Guerin en su casa jardín; nos caímos bien, me dijo que si quería quedarme en su casa a trabajar por un tiempo, acepté, y el resultado artístico es el que puede verse en la exposición». Una historia, pues, de encuentros afortunados y de coincidencias felices en un espacio mediterráneo «que ha influido positivamente en mi trabajo, tánto que creo que más tarde o más temprano acabaré por instalarme definitivamente en la isla», reconoció.