Un momento del concierto que el joven cantaor flamenco Antonio Vargas, «El Potito», ofreció anoche en el auditorio de Can Ventosa. Foto: VICENÇ FENOLLOSA.

El auditorio de Can Ventosa se llenó anoche para presenciar el concierto que uno de los más aplaudidos representantes del nuevo flamenco, Antonio Vargas, «El Potito». Sin embargo, el joven cantaor de 24 años, quien estuvo acompañado a la guitarra por Diego de Morao, provocó la indignación del público por el pésimo estado de su voz, lo que le obligó a terminar el concierto a la media hora del comienzo. Las protestas del público, que pedía la devolución del importe de las entradas hizo que tuviera que llamarse a la Policía Local. Esta era la segunda ocasión que «El Potito» actuaba en Eivissa, donde dio un concierto hace unos ocho años, que también resultó un fiasco, como recordó el propio artista, al tiempo que pedía disculpas y prometía volver pronto para dejar mejor sabor de boca a sus seguidores. Por la tarde, el cantaor ya dejaba entrever que su voz no se encontraba en su mejor forma. El paso del artista, al menos, sirvió para hacer un repaso a su trayectoria en la que recuerda el trauma que le supuso el cambio de voz. «Fue una cosa dura para la voz el cambiar de niño a hombre; pero ya lo he superado un poquito».

El concierto de anoche se inscribió dentro de la gira que «El Potito» está realizando por toda España para presentar su cuarto disco, «El último cantaor», en el que han colaborado los primeros guitarristas del flamenco actual, como Tomatito, Vicente Amigo o Moraíto Chico. «En el disco hay composiciones mías, de Juan Antonio Salazar, de la Barbería del Sur, Ketama... una mezcla de todo», señaló. Su acompañante habitual desde hace algún tiempo es Diego de Morao, de quien se muestra orgulloso. «Es un guitarrista muy fresco, que va a dar que hablar». «Es mi acompañante habitual; ya nos hemos acoplado los dos y estoy muy agusto, muy tranquilo con él. Eso es algo fundamental, que el guitarrista te escuche y que sepa lo que vas a hacer», añadió. Aunque en Eivissa se presentó acompañado sólo del guitarrista, el cantaor suele acompañarse de otros instrumentos, «según sea el sitio en el que actúe», apuntó.

En cualquier caso, el flamenco parece gozar de buena salud. « Siempre ha estado ahí, lo que pasa es que esta música no la entiende todo el mundo». «Pero el flamenco de hoy se puede comer a cualquier música perfectamente; se le puede mezclar con el blues, el jazz, con todo. Uno que cante flamenco puede cantar blues, pero al contrario no; fíjate cómo es la música del flamenco», explicó con satisfacción.