P. TUR A primera vista, nada relacionaría a Antoni Montero Guasch con el mundo de la pintura. Licenciado en Económicas, hay que bucear un poco en su pasado para descubrir que en su niñez asistió a las clases de la escuela Infantart y que su pasión por la pintura y el dibujo vienen de lejos. Así, pasados los años, este joven nacido en Eivissa en 1970 presentará esta tarde a las ocho y media en la Sala de Argentaria su primera exposición individual, tras haber participado en algunas muestras colectivas.

Montero confiesa con cierta tristeza que no puede dedicar a la pintura todo el tiempo que querría -«hay que ganarse el pan de cada día», apostilla-, pero que sigue pintando por gusto al considerarse «un enamorado» de este arte.

En esta su primera individual, Montero exhibirá obras realizadas en diversas técnicas, como óleo, acuarela y pastel, y con temáticas que van desde las vistas de Dalt Vila, hasta las naturalezas muertas. «Eivissa es una fuente inagotable de temas», asegura, aunque no se cierra a las enseñanzas que pueden aportarle pintores como Goya y Velázquez, que se encuentran entre sus predilectos. «Intentas coger lo mejor de cada uno de ellos, pero también me he fijado en la evolución de la pintura en Eivissa a través de pintores como Vicent Ferrer Guasch, Toni Pomar o Mario Stafforini», finaliza Antoni Montero.