Según la sentencia, a la que ha tenido acceso Europa Press, los dos vecinos de Campos acusados de planificar el asalto, quienes admitieron su participación en los hechos desde el primer día de juicio, han sido condenados por un delito de robo con violencia.
Por otro lado, a la pena impuesta al asaltante, hermano del fallecido, además de los tres años por el robo se le suman otros dos meses por un delito de lesiones.
De acuerdo con lo dictaminado por el jurado popular, a los tres condenados se les ha tenido en cuenta la circunstancia agravante de disfraz --perpetraron el robo usando un pasamontañas-- y las atenuantes de dilaciones indebidas. También las atenuantes de reparación del daño, a los planificadores, y de confesión, al ladrón.
Los tres deberán indemnizar a Rigo, quien en el momento del robo tenía 78 años, con 15.000 euros, la cantidad que sustrajeron de la caja fuerte que tenía en el sótano de su casa. De este importe ya han sido consignados 3.000 euros y se deben descontar los 2.529 euros que fueron recuperados. Además, el asaltante deberá abonar al anciano otros 25.000 euros por las lesiones que le causó.
Por otra parte, el jubilado ha resultado absuelto del delito de homicidio del que se le acusaba, por el que las acusaciones pedían que fuera condenado a entre tres y 10 años de prisión. La magistrada presidenta del tribunal, después de escuchar el veredicto, que consideró probado por unanimidad que no tuvo intención de acabar con la vida del ladrón, ya adelantó a Rigo su absolución.
Esta sentencia no es firme y puede ser recurrida ante la Sala Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de Baleares (TSJIB).
Los hechos
Tal y como declaró probado el jurado y ahora recoge el fallo, los hechos ocurrieron el 24 de febrero de 2018 en una casa ubicada en una finca rural de Porreres (Mallorca) propiedad de Rigo, quien se encontraba en su interior junto a su exmujer. Uno de los vecinos de Campos tenía conocimiento de que el jubilado poseía dinero en su domicilio, así que, puestos de mutuo acuerdo, los cuatro decidieron cometer el robo.
El día de los hechos, los dos planificadores facilitaron pasamontañas, guantes y patas de cabra a los dos asaltantes y los dejaron en las inmediaciones del domicilio. Los dos hermanos esperaron a que Rigo saliera y el ahora condenado le cogió por la espalda, le tapó la boca y le introdujo de nuevo en la casa.
Ahí, los ladrones exigieron al anciano que les abriera la caja fuerte, de la cual sustrajeron cerca de 15.000 euros. No obstante, creían que en la vivienda había hasta 200.000 euros, por lo que "con violencia verbal y física" exigieron a la pareja que se los entregaran y rebuscaron por el resto de la casa.
En un momento dado Rigo cogió una escopeta de dos cañones superpuestos que tenía detrás de la puerta de su habitación y se colocó mirando en dirección a la puerta principal de la vivienda. Cuando se cruzó con los asaltantes, les instó a que se marcharan, pero los hermanos no atendieron a su requerimiento y se dirigieron hacia él.
Según recoge la sentencia, el ahora fallecido intentó golpearle con una de las patas de cabra en la cabeza, pero el jubilado pudo esquivar el golpe. Fue entonces cuando, teniendo el arma a la altura de la cintura, disparó "sin apuntar y al bulto que apenas distinguía".
Aunque no tenía intención de causar la muerte de ninguno de los asaltantes, pero el disparo alcanzó la zona abdominal de uno de ellos, quien acabó falleciendo en el hospital horas más tarde.
Además, tal y como considero por unanimidad el jurado, Rigo cogió la escopeta "aterrorizado por la experiencia traumática" que le supuso el robo que había sufrido en esa misma casa el 6 de diciembre de 2017 y porque sabía que los ladrones no encontrarían los 200.000 euros que buscaban. Así, disparó el arma con finalidad de salvar su vida y la de su expareja y repeler una "brutal agresión", para lo que empleó "el único medio defensivo del que disponía en ese momento".
Tras el disparo, el hermano de la víctima mortal se abalanzó sobre Rigo con la intención de arrebatarle el arma y le golpeó en diferentes partes del cuerpo. Una vez lo consiguió, cargó con el herido a sus espaldas, aunque finalmente lo dejó en el exterior de la vivienda.
Pocos días después de los hechos, el asaltante se personó en las dependencias de la Guardia Civil y confesó los hechos. Lo mismo hicieron los otros dos acusados durante el juicio.
1 comentario
Para comentar es necesario estar registrado en Periódico de Ibiza y Formentera
Pocos le han caído a este desgraciado.