La Audiencia Provincial de Baleares ha condenado a ocho años y medio de cárcel por tentativa de asesinato al hombre que atacó con unas tijeras quirúrgicas a su médico de en una mutua en Palma.
Así lo ha confirmado el Colegio Oficial de Médicos de Baleares (Comib), que se personó como acusación particular con la abogada Marian Fuster.
Los hechos ocurrieron en febrero de 2023, cuando el acusado acudió a la mutua, derivado desde una clínica privada, tras sufrir un accidente de tráfico. El agresor presentaba lesiones en una pierna y en una mano como consecuencia de este accidente laboral.
Al pasar a la sala de curas, el médico vio que el acusado había dejado un teléfono móvil grabando en vídeo, en una mesilla contigua a la camilla. El médico le dijo al paciente que no podía grabar sin su permiso y que iba a parar el aparato. Entonces, el acusado se lanzó contra él y comenzó a golpearle con unas tijeras de cortar férulas, que afortunadamente tenían punta de seguridad. Intentó clavárselas en el pecho y el cuello, pero el médico no sufrió lesiones graves.
El doctor pidió auxilio a gritos y acudieron otros trabajadores del centro que encontraron al agresor forcejeando con la víctima, con las tijeras en la mano.
La sentencia recoge que "si un resultado más grave no se produjo fue por circunstancias ajenas a su voluntad, pues, aunque el instrumento era idóneo para quitar la vida de una persona, el sistema de protección con el que contaban las tijeras y las circunstancias que se presentaron en la agresión determinaron que no se consiguiese la finalidad pretendida".
En este sentido, para los magistrados está claro que el agresor tenía "un claro ánimo de querer causar la muerte de la otra persona, a la vez que supone una acción sorpresiva, caracterizada por un ataque súbito, inesperado, repentino e imprevisto, aprovechándose que la víctima se encontraba en la camilla y de espaladas a su agresor". Por ello lo condena por un delito de asesinato en grado de tentativa.
PROTOCOLO PSIQUIÁTRICO
Antes de los hechos, el médico había decidido aplicar al acusado el protocolo psiquiátrico porque al hablar con él por teléfono "empezó a decir cosas incoherentes, como que estaba secuestrado en la clínica y necesitaba policía", según explicó la víctima en el juicio.
La víctima también relató que el personal de la clínica que derivó al acusado a su centro ya le había advertido de que el paciente era muy agresivo. Según el denunciante, un médico le contó que el acusado le había amenazado "con mandarle unos sicarios" y "los enfermeros se negaban a hacer los tratamientos".
En cualquier caso, la forense que examinó al acusado concluyó que el hombre es imputable al no encontrar ninguna patología psiquiátrica que mermara sus capacidades.
Durante el juicio el acusado se mostró bastante alterado y la presidenta del Tribunal tuvo que llamarle la atención en varias ocasiones para que guardara silencio. El acusado dio confusas explicaciones sobre los hechos acusando al médico de haberle agredido a él, versión que quedó completamente desmentida por los testigos.
El médico lamentó que se había sentido "muy maltratado" en la mutua, ya que en la dirección le indicaron que si el acusado salía de prisión lo tendría que atender. Por ello terminó renunciando a su plaza, así como a otra plaza en la prisión, porque sabía que el acusado "estaba allí".
El Colegio de Médicos ha subrayado que "la agresión a un profesional de la medicina rompe la confianza necesaria para garantizar una asistencia sanitaria adecuada". Por ello, mantiene su compromiso de personarse como acusación particular en todas las denuncias relacionadas con agresiones, psíquicas o físicas, a los profesionales en el ámbito laboral y de ofrecer a todos los médicos de Balears asesoría jurídica inmediata y directa cuando sufren agresiones.
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