El sector del taxi advierte de la proliferación de esta práctica ilegal que ni mucho menos es nueva. Son particulares que se hacen pasar por taxistas. Se anuncian en redes sociales, principalmente, sin ningún tipo de control. Otro de sus modus operandi es circular por zonas ‘calientes' de la marcha nocturna. Tanto Taxis-Pimem como la Agrupación Empresarial de Taxi han denunciado «decenas» de irregularidades a la Direcció General de Mobilitat del Govern.
«Recuerdo que los dos chicos nos insistían mucho. El taxista –legal– nos dijo que subiéramos rápido a su coche. No entendí nada», rememora Amanda, que aunque nunca antes le había parado un taxi ilegal por la calle, sí que ha tenido «sustos» con jóvenes que le increpaban para acompañarle de noche a casa.
Por internet circula un grupo que se llama Taxi Amigo. Ultima Hora ha podido comprobar que hay varios particulares que «trabajan» bajo este nombre. Otra chica –prefiere mantener su anonimato– confiesa a este medio que en Navidad «una persona nos paró a mí y a mis amigas en la puerta de Son Amar. Nos ofrecía 30 euros por llevarnos a casa a todas». Este periódico ha intentado ponerse en contacto con dos conductores de Taxi Amigo pero no ninguno ha contestado.
Preguntado por la forma que tienen estos particulares para captar a clientes, el taxista Rafael Oliver explica que suelen hacerlo de forma sigilosa. «No les verás por el aeropuerto, pero sí por polígonos o el Passeig Marítim, entre otros lugares. Empiezan a media noche, sobre las doce o la una. Desde su vehículo, se paran ante la persona que espera un taxi y le ofrece un buen precio. Yo sí he visto a gente subirse a esos coches, y lo peor de todo es que pueden ser peligrosos; no tienen seguro y no pagan ningún tipo de impuesto». Rafael ha comunicado varias ilegalidades a la patronal.
Más control
El presidente de la Agrupación Empresarial de Taxis de la Federación Empresarial Balear (FEBT) de Transportes, Toni Bauzà, asegura que todos los casos que le llegan los presenta a la Conselleria de Mobilitat, pero insiste en que «los taxistas no podemos hacer de policías, quien tiene que controlarlos son los agentes policiales». Lamenta que en fechas tan marcadas como la Navidad «la Policía Local de Palma se dedicase a pararnos y a pedirnos las licencias, cuando nosotros tenemos todo en regla. Tendrían que vigilar más a los vehículos que se hacen pasar por taxis». Toni Bauzà advierte que estos grupos utilizan sus propios vehículos. Por ello, ha pedido «más investigaciones policiales. Saben lo que hay, por nosotros, por los anuncios, así que podrían trabajar de incógnito y detectarlos».
Por su parte, el presidente de Taxis-Pimem, Gabriel Moragues, avisa de la proliferación de anuncios en redes de falsos taxistas. Todos ellos, los recoge y los pasa al Govern. «Habitaulmente, los detectamos, pero esta práctica la vemos desde, al menos, hace cuatro o cinco años. El perfil del conductor pirata, según Moragues, suele ser hombre y de nacionalidad latina. «Se organizan con otros compatriotas –como el caso de la firma Taxi Amigo– y cada vez es gente nueva; van cambiando», explica.
Desde su punto de vista, también considera «esencial» más control policial contra estos colectivos, sobre todo porque lamenta que pueda ser «inseguro para el ciudadano y en especial para las mujeres. Son vehículos que no reúnen ningún tipo de seguridad, y mucho menos pueden cobrar. No tienen esa autorización». Sin duda, Moragues justifica esta auge de conductores que se hacen pasar por taxis por la falta del servicio nocturno en Palma. Son muchas la reivindicaciones del sector de ampliar la presencia de conductores en esta franja horaria, sobre todo en fechas marcadas como la Navidad o verano.
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Los taxistas se están buscando su propio fin.