Ha pasado algo más de una semana desde el terrible suceso, pero Jaqueline aún se emociona al recordarlo. Y no es para menos. Su hijo y su hermano, de 15 y 16 años, respectivamente, fueron brutalmente agredidos por otro menor en el patio de un colegio de Inca. La mujer, en una entrevista concedida en exclusiva a este diario, exige medidas contundentes contra el agresor. «La Ley del Menor está mal hecha. Es blanda. El chico que pegó a mi hermano y mi hijo iba a hacer daño y tiene que haber una penalización por ello. Sé que no puede ir a la cárcel, pero que se le castigue de alguna manera. Es que horas después estaba en su casa otra vez», apunta. A día de hoy los chicos se encuentran «bien», aunque lo matiza. «Mi hijo todavía llora cuando recuerda la paliza y no quiere volver al colegio», subraya. Y añade que tiene previsto ir a un psicólogo para poder sobreponerse lo más rápido posible del desagradable incidente.
El día de los hechos, el martes 19, Jaqueline, nacida en Brasil, se encontraba realizando unos trámites burocráticos en Palma y recibió una llamada que hizo que se paralizase todo. «Me dijeron que fuese rápido al colegio que había habido una urgencia. Mi hermano tenía daños importantes después de haber sido agredido», rememora. Ni una hora más tarde se enteró de que su hijo también había resultado herido de gravedad a manos del mismo chico. «De repente me encontré con los dos chicos en el hospital de Inca, uno en cada lado. Estaba junto a mi hermano y mi hijo se encontraba en otra sala», subraya.
El mayor, su hermano, que padece una discapacidad intelectual, se encontraba en clase de Educación Física cuando ocurrió el incidente. Sin querer golpeó con una pelota a otro chico que se encontraba por allí, pero que no era de su clase.«Al principio los testigos creían que se trataba de una broma de chicos, pero pronto vieron cómo el agresor no paraba de golpear a mi hermano en los ojos, que no pudo defenderse en ningún momento», recuerda. Es ese aspecto, la violencia empleada, lo que más indigna a Jaqueline. «El joven pegaba en una zona de riesgo, sabía que podía hacer mucho daño». Después de ello se marchó a casa, pero más tarde regresaría a por su hijo, al que atacó en la cabeza.
Sobre la actuación del centro, que rápidamente expulsó al presunto agresor, la mujer no tiene queja alguna. «Actuaron rápido, eso es verdad y lo hicieron bien. Aunque sinceramente no sé por qué no había un profesor cerca si estaban los chicos en clase», explicó.
La madre y hermana de las víctimas ya ha puesto el asunto en manos del abogado Iván García López. «Nos hemos personado en la causa y vamos a exigir que se tenga en cuenta que pudo haber riesgo de muerte en la agresión, no unos simples golpes. El chico iba a hacer el máximo daño posible».
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