A las 6.41 horas de este martes, Carlos E., conductor de Uber, estaba esperando en una furgoneta Hyundai Staria gris para recoger a un cliente frente a la discoteca BCM, en Magaluf. Un hombre con una camiseta de color rosa se le acercó y le preguntó si estaba de servicio y que cuánto le cobraba por llevarlo a Santa Ponsa. Carlos E. le respondió que todos los servicios tenían que reservarlos a través de la aplicación de Uber y que le indicaría el precio. El cliente al que esperaba el chófer de Uber apareció en ese instante, gritó el nombre del conductor y se identificó con su móvil.
Transporte
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Quines ganes de que també vinga Uber a Eivissa d’una cegada!!