De este proceso quedan excluidas las torres de control de Madrid-Barajas y El Prat-Barcelona. El proyecto del Gobierno ha sido rechazado, hasta la fecha, por Podemos, CCOO y el sindicato de los controladores aéreos USCA. Y ahora se suman el resto de partidos, entre ellos el PSOE, para que se revise todo el proceso de privatización.
El Govern, según anunció ayer el portavoz del Ejecutivo, Iago Negueruela, ha presentado alegaciones en contra del proceso de privatización de la torre de control de Son Sant Joan. Negueruela afirmó que el Govern no está a favor de que el control de este equipamiento pase a estar en manos privadas y así se lo han hecho llegar al Ministerio a través de un pliego de alegaciones que se remitió la semana pasada al Gobierno que preside Pedro Sánchez. «Hemos presentado alegaciones para que se mantenga la gestión pública», puntualizó el conseller de Turisme i Treball.
La torre de control de Palma es una de las más rentables para el ente Enaire, tras Madrid y Barcelona, dado el volumen de tráfico que mueve al cabo del año, que en 2022 superó las cifras de 2019. Por ejemplo, el pasado mes de febrero se contabilizaron en Palma un movimiento de 8.362 vuelos, un 5,4 % más respecto a 2019. Junto al Govern, las patronales turísticas de la Isla se suman a esta demanda por entender que se trata de una infraestructura vital para la economía y el tejido productivo de Mallorca.
Interés
El nuevo proceso de privatización de las torres de control en siete aeropuertos españoles ha despertado el apetito de los grandes operadores del sector. Los candidatos que todavía no tienen presencia en España pero están dispuestos a quedarse con la gestión de los servicios de navegación aérea (ATC) son el alemán DFS y el italiano Enav, que plantearán así la batalla a las españolas Saerco y Skyway (Serveo).
Ambas compañías son dos rivales de talla internacional. Enav está participada en su mayoría por el Gobierno de Italia, aunque desde 2016, momento en el que salió a bolsa, conviven socios privados en su capital. Es el quinto gran operador de Europa en el servicio de navegación aérea, según la propia compañía, y opera en 45 torres de control. De acuerdo a su hoja de ruta 2022-2024, tiene contemplado expandirse entre los negocios no regulados y contempla una inversión para ello de 1.000 millones de euros.
DFS, por su parte, es una empresa íntegramente estatal que controla 15 aeropuertos de Alemania (Múnich y Frankfurt, entre los de mayor capacidad). La compañía ya se ha expandido hacia Reino Unido, donde gestiona las torres del aeropuerto británico de Edimburgo y hasta el pasado mes de noviembre hacía lo propio en London-Gatwick. También se ha interesado por el Golfo Pérsico, con la gestión del tráfico aéreo en Barhein. Tampoco se descarta la presencia de otras compañías de corte similar como la francesa DSNA o Austro Control, AVINOR (Noruega), EANS (Estonia), Finavia (Finlandia), IAA (Irlanda), LFV (Suecia) y Naviair (Dinamarca).
El Gobierno tiene de plazo 18 meses para ultimar el proceso de privatización, ya que durante este período, una vez se adjudiquen las torres, se tendrá que realizar todo el proceso formativo y homologación de los nuevos controladores que se incorporen. Los nuevos gestores de las torres de control aéreo están a años luz de los requisitos y niveles de contratación y remuneración de los controladores aéreos bajo gestión de Enaire.
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