Los hechos ocurrieron en un comercio situado en la calle Cós de Gràcia, poco antes de las 20 horas. Ambas mujeres acudieron a ese local con sus respectivos hijos discapacitados de 18 y 19 años. Uno de ellos entró primero en la tienda y se aproximó a las dos hermanas, de unos 30 años de edad, que iban con una niña de unos 6 años.
El chico, afirma una de las madres, no llegó a tocar a las hermanas ni a la menor pero sí se aproximó mucho a ellas porque, explica la mujer, debido a su discapacidad es una persona cariñosa e hipersociable. La reacción de una de las hermanas fue decirle de malas maneras que se apartara de ellas pero el joven no se movió del mismo lugar. Ahí ya intervinieron las dos madres para decirles a las hermanas que tuvieran un poco de comprensión y tolerancia debido a la discapacidad del chico que, además, «no les estaba haciendo nada», señala una de ellas.
La situación se agravó entonces cuando una de las hermanas le dijo a la madre que mejorara la educación de su hijo. Intervino la otra mujer refiriéndose al pésimo ejemplo que le estaban dando a su hija menor, en cuanto a comprensión, sensibilidad y tolerancia, y ahí ya comenzaron las agresiones. «Una me agarró por el brazo queriéndome echar de la tienda, luego me estiró de los pelos y me arrojó al suelo, y con mi amiga hicieron lo mismo por lo que dejaron la tienda con estantes caídos y el escaparate afectado».
La dueña del comercio llamó a la Policía Nacional pero cuando los agentes llegaron las dos hermanas ya estaban saliendo y pretendían abandonar el local pero una de las madres trataba de impedírselo. Los agentes llegaron a su altura y las identificaron.
Las dos madres acudieron al centro médico para obtener el parte de lesiones y posteriormente interpusieron una denuncia conjunta contra las otras dos mujeres por el delito de agresión.
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