Gonzalo Fanjul, el pasado viernes en el CaixaForum. | Pere Bota

¿Qué es un migrante climático? ¿Y por qué hay países más susceptibles a sufrir las consecuencias del cambio climático que otros? ¿Hay solución ante tanta alarma? Nos hemos hecho este tipo de preguntas alguna vez, pero parece ser que los efectos se aceleran más que nunca. Y sí, es así, pero no todo está perdido. El fenómeno del migrante climático será una realidad en los próximos años. Se estima que un 3 % de la población abandone sus hogares como consecuencia del calentamiento global, de forma temporal o prolongada en el tiempo. Y será a consecuencia de sucesos como la sequía, inundaciones o tifones que hará desaparecer comunidades o hacer la vida imposible.

Así lo detalla el investigador del Instituto de Salud Global de Barcelona, Gonzalo Fanjul, invitado a CaixaForum el pasado viernes junto con el investigador de la UB Miguel Pajares. Entre las buenas noticias, Fanjul recuerda el compromiso de Europa por combatir el cambio climático con el Acuerdo de París, que se marca el objetivo de reducir un 55 % los gases de efecto invernadero para 2030. Para el investigador, el problema mayor radica en una especie de ‘Triángulo de las Bermudas', que parte de un negacionismo por parte de partidos radicales como Vox; el relativismo de quienes no validan la crisis medioambiental o el catastrofismo que se genera a nivel social.

Temperaturas

El mundo avanza hacia un calentamiento global sin precedentes que superaría una temperatura de 2,4 grados Celsius, a pesar del compromiso internacional de limitar este incremento a 1,5 grados. «Cada décimo cuenta, pero hay que tener fe en la evolución y en la tecnología», dice Fanjul. «El efecto del cambio climático nos afectará a todos», pero no por igual. El investigador destaca por ejemplo que «un tercio de España –se incluye a Baleares– corre el riesgo de acercarse a un modelo climático similar a Egipto que haga menos agradable la vida». Hay puntos que menciona Fanjul denominados los «no-retorno», es decir, que no hay vuelta atrás como las altas temperaturas, pero está en nuestras manos avanzar hacia soluciones, como los pactos medioambientales y el compromiso internacional.