¿Por qué deja la política?
—Porque yo siempre lo he tenido como un tema temporal. Siempre dije que venía para aportar mi experiencia de la empresa privada, para estar un tiempo y salir. Hace tiempo que tendría que haber salido de acuerdo a lo que yo me había fijado como objetivo.
¿Cuándo lo decidió?
—Ya quería irme después de las elecciones de 2019, pero quedamos en que esperaría al congreso regional y en ese momento se decidiría. Tras los congresos insulares le dije a Pablo Casado y a Teo García que había que reconsiderar mi tema y ver si se habría esta puerta; ellos no querían y en las elecciones de Madrid les volví a decir que era un buen momento para proceder a un cambio.
¿Antes o después?
—Antes y después. Les dije que se hicieran las gestiones necesarias para hacer un cambio tranquilo, buscando la unidad del partido.
¿Marga Prohens es la mejor persona para sustituirle?
—El PP elegirá a la mejor persona que tenga en estos momentos; me va a permitir que no sea yo quien diga quién tiene que ser. A Marga la quiero como una hermana; ha trabajado conmigo y es de mi equipo de máxima confianza; está muy preparada.
¿Qué consejo le daría?
—Ella sabe lo que tiene que hacer si decide dar el paso. Quiero ser un expresidente que no interfiera en nada; si me necesita sabe que estoy en cualquier momento.
¿Por qué dice que deja al PP en mejor situación que lo encontró?
— A nivel económico, las cuentas están muy claras. Nos encontramos con el partido en una situación desastrosa a nivel económico y a nivel anímico. A nivel anímico estamos mucho mejor y se ve yendo a los pueblos, a las juntas locales. Hay mucho trabajo que se está viendo ya y que se verá a corto plazo. Llorenç Galmés como presidente del PP de Mallorca está haciendo muy buen trabajo. También tenemos una encuesta muy solvente, con más de 1.100 encuestados en Baleares, nos dice que estamos cuatro puntos porcentuales encima del PSOE en intención de voto.
¿No le apetecía seguir dos años más si las encuestas dicen que podía gobernar?
—No, yo me había fijado un objetivo y he alargado dos años más porque las necesidades del partido eran estas. Es como si en un partido de fútbol te preguntan si prefieres marcar un gol o ganar la final; yo prefiero ganar la final. Hay que hacer todo lo posible para hacerlo, creo que es un buen momento para dar un empujón.
¿No se veía capaz de rematar?
—No es una cuestión de ser capaz o no, yo me veo capaz de todo, pero creo que es cuestión de manejar los tiempos y los del partido. Creo que la mejor opción era esta y a mí personalmente era la que me apetecía y creo que lo hemos cuadrado bien.
¿Palma ha sido su asignatura pendiente?
—Palma por los votos que tiene es como una isla más. Hace varios meses hicimos los movimientos necesarios para darle un empujón. De todos formas, el voto del PP en grandes ciudades depende en un 80 % de Madrid y si Pablo Casado funciona bien, aquí se funcionará bien en un 80 %.
¿Y Casado funciona bien?
—Si nos atenemos a las encuestas está funcionando muy bien, los tiempos han cambiado.
Le han acusado tanto de catalanista como de españolista, ¿con qué corriente se identifica más?
—Estas cosas funcionan muy bien para algunos que se dedican a la política y buscan la confrontación. Yo soy Biel Company, me considero español, europeo, soy mallorquín y de Sant Joan. Quien quiera buscar otras historias pierde el tiempo. Creo que tenemos dos lenguas y las dos tenemos que defenderlas.
¿Es más de Ayuso o de Feijóo?
—Son dos estilos y dos realidades muy distintas. La realidad de de Feijóo, teniendo en cuenta que no son islas, se parece mucho más a Baleares porque es una región bilingüe. Madrid es muy cosmopolita, muy diferente. Cada región requiere un perfil determinado. Seguramente Ayuso en Galicia no tendría estos resultados y viceversa.
¿Deja encauzada la integración de Ciudadanos en el PP?
—No estamos haciendo ninguna integración. Lo que hemos dicho es que quien quiera volver al PP siempre tiene las puertas abiertas y en eso estamos. Muchos afiliados que se habían ido vuelven al PP, que es la casa del centro derecha; para cambiar al gobierno de izquierdas hay que apoyarse sobre el PP, es el voto útil y dividirlo es darle el gobierno a la izquierda.
¿Vería bien un gobierno con Vox?
—Yo veo bien un gobierno del PP, que sabe gobernar y que siempre lo hace desde la centralidad y el sentido común. En Madrid gobierna Ayuso, que necesitará el apoyo puntual de Vox, igual que en Andalucía y otras comunidades. Esto se va a superar. La izquierda tiene más fácil superar estos temas; ahora resulta que Podemos no es de extrema izquierda.
Dígame alguna cosa buena de Armengol.
—Creo que es una política con muchísima experiencia parlamentaria, que la ejerce siempre. Yo creo que la ejerce demasiado, aún cuando repite la misma canción cada martes. Yo sería capaz de hacer sus discursos perfectamente, muchas veces cierro la carpeta y digo me va contestar lo mismo de siempre. Ella lleva 22 años, no ha hecho nada más en su vida y esto lo hace bien.
¿Qué ha sido lo peor de su experiencia en política?
—Para mí lo peor es que la política actual no está orientada a satisfacer las necesidades de la gente, a solucionarle los problemas y evitarles otros nuevos. Ha quedado una política muy superficial, el tema es más perdurase en el poder que solventar problemas y hacer que la gente viva mejor. Además, están las falsedades y el mundo de envidias y de necesidades de algunas personas, que son capaces de pasar por encima de sus padres con tal de mantenerse.
¿Y el momento más amargo que ha vivido?
—El incendio de Andratx. Se pasa mal cuando ves a gente que sufre y no les puedes ayudar todo lo que quieras o cuando hay cosas que se podrían hacer mejor. Por otra parte, a las cosas que no salen bien en un primer momento hay que sacarles el aspecto positivo; a los golpes hay que sacarles provecho y devolverlos.
¿Es cierto que los enemigos están en el partido y que el resto son adversarios?
—El problema es que cuando discutes con gente tuya siempre es más doloroso que cuando lo haces con adversarios de otros partidos políticos; es como cuando discutes con familiares.
¿Y lo mejor?
—He aprendido mucho, lo que es la administración desde dentro y como funcionan desde el ejecutivo al legislativo. La política te enseña más a conocer a las personas y entender ciertas debilidades y necesidades de las personas; hay veces que se producen actuaciones que acabas entendiéndolas porque te pones en su lugar. La política es muy buena para aprender a aguantar y a tragar todo lo que haga falta en beneficio de lo que es el proyecto.
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