«Salgo de este episodio sin rencor ni odio a nadie», aseguró este viernes el profesor de la UIB y principal investigador del Minerval, Pablo Escribá, tras conocer el archivo de la causa judicial abierta el pasado mes de febrero por un presunto delito de estafa. «Estas cosas te hacen crecer como persona», dijo, al tiempo que no ocultaba su satisfacción por el desenlace: «Ahora estoy más tranquilo».
Escribá recordó que «el orígen de todo este asunto está en la denuncia que hizo a la Universitat la jefa de Oncología de Son Espases, Sefa Terrasa, y que el Rectorado trasladó al Juzgado. El Minerval es unas molécula en la que llevamos trabajando desde hace 20 años con informes en todo tipo de publicaciones, de hecho venían pacientes de la mano de médicos y científicos que conocían sus efectos». Desde su punto de vista lo sucedido «creo que ha sido un problema de celos. La UIB podría haberme llamado para explicar lo que ocurría, pero prefirió llevarlo al juez. A partir de entonces creo que la Policía se precipitó en las conclusiones de su investigación».
Como principal responsable del Minerval, Pablo Escribá señaló que «se han dicho muchas mentiras» del producto durante todos estos meses, aspecto sobre el que pone especial énfasis para precisar que «no se vendía». Respecto a la eficacia para combatir el cáncer, en especial el glioma, el profesor insiste en que «hay gente a la que el Minerval les ha curado, y tengo testimonio de ello».
Sobre la comercialización, uno de los aspectos más controvertidos, Escribá mantiene su definición de que «se trata de un nutracéutico (producto alimenticio de efectos curativos) cuya venta –mediante distintas marcas en función de su porcentaje de Minerval– es perfectamente legal en las Unión Europea».
Respecto a su futuro más inmediato, Pablo Escribá advirtió que «no estoy seguro si volveré a la Universitat, no descarto tomarme un año sabático para irme a Estados Unidos para participar en estudios del Minerval aplicado a cánceres infantiles».
Satisfacción en Lipopharma
El director general de Lipopharma –empresa vinculada a la UIB y comercializadora de la patente del Minerval–, Vicenç Tur, no ocultaba este viernes su satisfacción por el archivo judicial del caso. «Han sido unos meses horrorosos, pero ahora nos corresponde analizar la situación».
A pesar de la situación de alivio que supone el cierre de la vía penal del ‘caso Minerval', Vicenç Tur no ocultaba el reproche de que «durante estos meses se han dicho muchas infamias», tanto de los investigadores como de los efectos del Minerval para contrarrestar el cáncer, en especial en su versión más agresiva del glioma.
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