Editorial: COMBEL Colección: TIEMPO DE CLÁSICOS A partir de 7 años · Desde 19,90 €

Hoy niñas y niños vamos a celebrar el Día Internacional del Libro Infantil y Juvenil, en otras palabras, el gran DÍA de los libros para vosotros y vosotras. Os cuento primero por qué lo celebramos. El 2 de abril de 1805 nació en Copenhague el escritor Hans Christian Andersen. Fue muy famoso por sus cuentos infantiles entre ellos: El patito feo, La sirenita, El traje nuevo del emperador, o La reina de las nieves. Pues bien, una intrépida periodista alemana llamada Jella Lepman propuso este día, el 2 de Abril, para conmemorar el nacimiento del autor. Yo creo que fue porque ella misma también escribió cuentos infantiles y deseaba tanto como yo misma, darle bombo y platillo a los libros para el disfrute de niñas y niños. ¡Ahora voy a mostraros algunos de sus títulos para que podáis elegir, me gustaría hablaros de los menos conocidos y así le damos una nueva vida a los cuentos que están olvidados ¡También tienen su corazoncito! No hay que olvidarles solo porque no tan sean famosos.

El traje nuevo del emperador, también conocido como El rey desnudo.

Hace muchos años vivía un rey que era comedido en todo excepto en una cosa: se preocupaba mucho por su vestuario. Un día oyó a dos hermanos decir que podían fabricar la tela más suave y delicada que pudiera imaginar. Esta prenda, añadieron, tenía la especial capacidad de ser invisible para cualquier incapaz para su cargo. Por supuesto, no había prenda alguna sino que los pícaros hacían lucir que trabajaban en la ropa, pero estos se quedaban con los ricos materiales que solicitaban para tal fin.

Sintiéndose algo nervioso acerca de si él mismo sería capaz de ver la prenda o no, el emperador envió primero a dos de sus hombres de confianza a ver el traje. Evidentemente, ninguno de los dos admitieron que eran incapaces de ver la prenda y comenzaron a alabar su belleza.

Toda la ciudad había oído hablar del fabuloso ropaje y estaban deseando comprobar cual era el famoso traje.

Los estafadores hicieron como que le ayudaban a ponerse la inexistente prenda y el rey salió con ella en un desfile, sin admitir que no podía verla. Toda la gente del pueblo alabó muchísimo el traje, temerosa de que sus vecinos se dieran cuenta de que no podían verlo, hasta que un niño dijo: «¡Pero si va desnudo!» ¿Queréis saber que paso? ¿Qué hizo el rey? ¡A leer!

El cofre volador

Al morir un rico comerciante, legó una inmensa fortuna a su hijo. Sin embargo, este se dedicó a gastar todo lo que tenía y, para cuando quiso darse cuenta, lo había perdido todo. Apiadándose de él, uno de sus amigos le obsequió con un cofre mágico, un cofre volador. Subido en él emprendió un viaje a tierras lejanas donde conoció a una princesa de la que se enamora perdidamente. Haciéndose pasar por el dios de los turcos, consigue ser aceptado por sus padres y se planea la boda. Pero nuevamente, se volvió despreocupado con sus propiedades y perdió el cofre, que se consumió en un incendio en el bosque. Y sin él, no podía regresar con la princesa del modo que le había prometido: volando hasta el tejado. Sin aprender de sus errores, otra vez lo perdió todo; y de este modo, la leyenda que pesaba sobre la princesa, según la cual el hombre del que se enamorara la haría muy infeliz, se cumplió, ya que no volvió a verlo ¡ Mejor para la princesa!

El ruiseñor

El Emperador de China se entera de una de las cosas más bellas de su imperio es el canto de un ruiseñor. Cuando ordena que le traigan el ruiseñor, una criada de la cocina —la única en la corte que conoce su paradero— lleva a la corte a un bosque cercano, donde el ruiseñor accede a acompañarlos para cantar ante el emperador. Este queda sumamente impresionado y el ruiseñor permanece comofavorito.

Sin embargo, tiempo después el emperador recibe un regalo sorprendente, una lujosa ave mecánica que imita a la perfección el sonido del ruiseñor; así, pierde el interés por él y le permite regresar al bosque. Con el paso del tiempo, el pájaro mecánico finalmente se descompone y el Emperador enferma unos años más tarde. En cuanto el verdadero ruiseñor se entera, regresa a palacio. El bello canto del ruiseñor mejora la salud del emperador.