Las Baleares, que fueron en 2017 la segunda comunidad más inflacionista, han pasado ahora al otro extremo. En 2018, Canarias, Cataluña y Madrid fueron las más inflacionistas (1,4%). A continuación figuran Navarra (1,3%), Aragón (1,2%), Castilla y León (1,2%), Castilla-La Mancha (1,2%), La Rioja (1,2%), Asturias (1,1%), la Comunidad Valenciana (1,1%) y Extremadura (1,1%). Los precios subieron de media en España un 1,2%.
Los precios se han incrementado de forma constante en Baleares. En 2007, la inflación alcanzó el 3,9%; un 1,3%, en 2008; un 0,8%, en 2009; un 2,7%, en 2010; un 2,3%, en 2011; un 3,1%, en 2012; y un 0,5%, en 2013. La excepción es el año 2014 cuando los precios retrocedieron un 0,8%. Desde entonces, subieron un 0,3% en 2015, un 1,6% el año siguiente y un 1,3% en 2017.
En el conjunto de España, la evolución del Índice de Precios al Consumo es muy similar, también con un único retroceso en el año 2014, en este caso del 1%.
El Índice de Precios al Consumo ofrece multitud de datos desagregados con un nivel de detalle muy considerable.
El Índice de Precios al Consumo se elabora a partir del estudio de los precios de la cesta de la compra, compuesta por 479 artículos que se consideran representativos del consumo habitual de los hogares españoles. Los precios se recogen en aproximadamente unos 33.000 establecimientos de 177 municipios distribuidos por toda la geografía española. Los grupos de productos tienen una ponderación determinada en el grupo en función de diferentes factores.
En este sentido, alimentos y bebidas no alcohólicas (19,77%) es el grupo con mayor peso. A continuación figuran el transporte (14,67%), la vivienda (13,30%), hoteles, cafés y restaurantes (12,12%), ocio y cultura (8,52%), otros bienes y servicios (6,73%), vestido y calzado (6,73%), menaje (5,88%), medicinas (3,96%), comunicaciones (3,40%), bebidas alcohólicas y tabaco (3,02%) y enseñanza (1,68%).
Por grupos
Un total de doce grupos de productos conforman el IPC. Las comunicaciones fueron el pasado 2018 el grupo más inflacionista, puesto que subieron un 2,7%, mientras que en España el incremento fue del 2,3%. En 2017, el ascenso de las comunicaciones había quedado reducido al 0,5%, después de que en 2016 aumentaran un 3,3%.
La vivienda es tradicionalmente uno de los productos más inflacionistas en las Islas. Durante el pasado año, la vivienda registró en Baleares el segundo mayor aumento (2,3%), aunque menor al registrado en el conjunto de España (2,5%). En 2017, el incremento de precio había sido del 1,9% y del 1% en 2016.
Los precios de hoteles, cafés y restaurantes experimentaron en Baleares un incremento del 1,8%, exactamente el mismo que se registró de media en España. Es uno de los grupos de productos que nunca redujeron sus precios en Baleares desde 2008.
Hay que destacar, por su importante peso, el incremento del 1,2% que tuvieron los alimentos y las bebidas no alcohólicas en Baleares el pasado 2018. En España, el incremento fue mayor (1,3%).
Por otro lado, el transporte fue el grupo de productos que más bajó sus precios (-1,7%), mientras que en España aumentaban un 0,2%. El ocio y la cultura bajaron (-0,6%) y en España también caían (-0,1%).
La cesta de la compra
El mayor incremento de precios si analizamos el IPC por rúbricas lo encontramos en la reparación de calzado que ascendió un 8,1%, mientras que en España el incremento era del 1,5%. Otro producto con una inflación muy alta fueron las frutas frescas, ya que aumentaron un 7,7% en Baleares y un 5,9% en el conjunto del Estado.
Un caso curioso es el de la carne de ovino que experimentó el tercer mayor incremento (4,7%), mientras que en España descendió (-0,5%).
Cabe señalar también que en Baleares, los productos con un mayor descenso son el transporte público interurbano, que retrocedió un 14,9%, y los aceites y grasas, que bajaron un 13,8%. La carne de vacuno experimentó un crecimiento del 2,1%, mientras que la de porcino se quedó en el 0,6%. El ascenso de la carne de ave fue del 1,3%.
En cambio, el pescado, tanto fresco como congelado, experimentó un retroceso del 0,7%. Los huevos subieron un 2,9% y la leche un 0,7%. Las frutas en conserva y los frutos secos bajaron un 2,4%, mientras que las legumbres y las hortalizas frescas subieron un 3%. De igual manera, también bajaron los preparados de legumbres y hortalizas (-1,3%), las patatas y sus preparados (-0,1%) y el azúcar (-1,8%).
El agua mineral, los refrescos y los zumos subieron un 4,6%, mientras que las bebidas alcohólicas ascendían un 1,5%.
Vestirse es más barato para hombres y mujeres, aunque los complementos y los zapatos son más caros. Las prendas de vestir de hombre bajaron un 0,4% y las prendas de vestir de mujer retrocedieron un 0,2%. En cambio, las prendas de vestir de niño y bebé subieron un 3%.
Los precios de los complementos y las reparaciones de prendas de vestir ascendieron un 1%. El calzado de hombre se mantuvo estable (0%), el de mujer subió un 2,3% y el de niño ascendió un 0,1%.
El precio de la vivienda de alquiler subió un 2,4%, el mismo porcentaje que la calefacción, el alumbrado y la distribución de agua. Los precios de conservación de la vivienda aumentaron un 2,1%.
Inflación subyacente
La inflación subyacente no tiene en consideración los alimentos no elaborados ni procesados ni la energía. En Baleares, la inflación subyacente fue del 0,5% y en España alcanzó el 0,9%.
Desde el año 2008, la inflación subyacente siempre ha sido positiva, sin excepciones. En 2008, fue del 2,4%, la más alta de los últimos once años. En 2009 se quedó en el 0,1% y un año después era del 1,3%. Llegó al 1,5% en 2011 y subió hasta el 2,3% un año después.
En los años siguientes, los ascensos de la inflación subyacente fueron una constante, del 0,3%, el 0,2%, el 1,2%, el 1% y el 1,1%, finalmente, en 2017.