Aunque esto parezca únicamente desgracias, fueron aquellos que continuaron moviéndose, aunque el mundo estuviera paralizado, quienes reinaron sobre la crisis. Esto se dio en los aspectos familiar, económico, financiero, salubre y social. Pero hay uno que se vio tocado desde el inicio: el deporte. Luego de que las semanas pasaron y el miedo a continuar la vida deportiva estaba presente, se tuvo un avance significativo: llegó el momento de seguir.
El deporte forma parte de la vida para millones de personas al rededor del mundo, incluyendo a profesionales y a seguidores, en todos los niveles de participación que implica. Estos deportistas no pueden perder un año de carrera, por lo que decidieron continuar, a pesar de las circunstancias.
En el caso particular del tenis, no fue tan complicado ver que era factible continuar con las actividades regulares. Al ser un deporte solitario o en pareja, resultó muy sencillo tomar las medidas de prevención con gran éxito y poco margen de error.
Pero más allá de la crisis del coronavirus, el tenis ha demostrado ser un deporte que tiene el compromiso de los deportistas y de sus seguidores, quienes no han dejado de seguir el tenis en directo. No se ha detenido. Aquí hay algunas situaciones de impacto que han ocurrido durante este año que valen la pena relatar.
Un año duro para Novak Djokovic
Novak Djokovic, el que ha sido catalogado como el mejor jugador de tenis de la Historia, ha tenido un año más que turbulento. Entre sus declaraciones frente a la crisis sanitaria, rumores y presiones externas, este jugador se las ha visto negras en cuanto a su reputación. Sin embargo, esto no ha impedido que se mantenga como una leyenda en la cancha; todo lo demás ha quedado atrás.
Sus victorias en Cincinnati y Roma lo han dejado como el número 1, lo que le permitió superar a Federer y a Nadal, a la vez que está en el mismo nivel que Sampras. Su ambición por el GOAT no queda en vano.
Nadal siempre será un grande
Hablando de leyendas, si hay un partido que debe quedar en la historia del tenis es el de la Roland Garros. Ha demostrado que todavía es un campeón con un renombre que se ha ganado con sudor a cada pelota. Su 20º Grand Slam es más que merecido.
Stefanos Tsitsipas no está perdido
Este año no fue bueno para el griego, eso está claro. Repetidas reacciones lentas, perder bolas sencillas y bajadas de ritmo en los sets han sido más que perjudiciales para el tenista. Aun así, desborda talento, de eso no hay duda. Sus errores parecen ser más falta de concentración y de toma de decisiones asertivas que cualquier otra cosa. Hay expectativas más que altas para el jugador; esperemos que el próximo año sea diferente porque tiene con qué.
Alexander Zverev tiene más de lo que puede ofrecer en este momento
Esta promesa del tenis se queda a medias. Las serias consecuencias de sus saques con dudas son más que evidentes, haciendo que pierda sets que hubieran sido posibles ganar. Su concentración no parece estar en la cancha, y eso es más que notorio.
La decisión más acertada que ha tomado este año ha sido la de tener a David Ferrer como su entrenador. Con esto le queda algo de esperanza, a menos que se deje llevar por las distracciones que tiene fuera del partido.
Todos hemos extrañado a Roger Federer
Las semifinales del Open Australia dejaron a todos los espectadores con el corazón en la garganta. Después de que Federer se sobrepusiera lo mejor que pudo a sus problemas de salud, tuvo un recorrido de solo seis partidos que conmovieron al público. Fue una lástima que esta leyenda no se pudiera presentar más este año. Sus 38 años no pasan en vano, pero la leyenda puede que siga vigente. Ya veremos qué pasa en 2021. Esperamos que sea un punto de oportunidad y no el ocaso de su carrera.
Andrey Rublev, Denis Shapovalov y Diego Schwartzman son jóvenes promesas
El mundo del tenis reclama poco a poco a nuevas leyendas. Puede que ya estemos en la etapa de transición de esto, aunque solo en la etapa en la que se van identificando las nuevas promesas del deporte. Sin dejar a nadie indiferente, se ganaron los ojos del mundo estos jóvenes. Eso sí, aún queda mucho para que puedan ser considerados los mejores, por ahora son solo expectativas por su sobresaliente desempeño en la cancha. Quién sabe si alguno de ellos llegará a ser top-10, y en qué momento.
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