FC Barcelona Lassa (12+20+26+12): Satoransky (8), Navarro (6), Perperoglou (10), Doellman (9), Tomic (14) -cinco inicial-, Abrines (-), Lawal (-), Oleson (1), Arroyo (4), Vezenkov (3), Ribas (6) y Samuels (9).
Real Madrid (28+16+22+24): Llull (20), Carroll (2), Taylor (3), Thompkins (12), Ayón (19) -cinco inicial-, Rudy Fernández (7), Sergio Rodríguez (10), Maciulis (-), Reyes (12), Hernangómez (-), Nocioni (3) y Doncic (2).
Árbitros: Hierrezuelo, Jiménez y Peruga. Sin eliminados.
Asistieron al encuentro 6.742 espectadores en el segundo partido de la final de la Liga ACB disputado en el Palau Blaugrana.
El Real Madrid ha equilibrado la final de la Liga ACB (1-1) tras el buen partido firmado en el Palau Blaugrana (70-90), donde entre Gustavo Ayón (19 puntos, 6 rebotes, 20 valoración y 9/9 en tiros de dos) y Sergi Llull (20 puntos, 4 asistencias, 18 valoración) prácticamente se bastaron para derrotar al Barcelona, que fue siempre a remolque en el marcador.
El mal primer cuarto de los de Xavi Pascual (12-28) fue un lastre irrecuperable para los catalanes que, pese a situarse en disposición de disputar el partido en el tercer cuarto (52-57), cedieron ante un rival que siempre estuvo un par de pasos por encima.
La puesta en escena del Real Madrid fue fabulosa. Comandados por un magnífico Llull, los de Pablo Laso se escaparon en el marcador de salida, con un juego muy rápido y una férrea defensa que no permitieron el juego exterior a los azulgrana.
Dominaron los blancos desde el primer segundo del partido y solo los azulgrana equilibraron el partido en la canasta inicial (2-2). Los aciertos de Thompkins marcaron el camino para los capitalinos, que consiguieron un parcial 0-9 y en cuatro minutos ya miraban a lo lejos a los azulgrana en el marcador (2-11).
La ventaja fue creciendo en cuanto Sergio Llull tomó las riendas de la situación. Anotó el menorquín más puntos en el primer cuarto (13), que todo el Barça (12), en unos primeros minutos en los que el Real Madrid reunió lo mejor de su repertorio y los azulgrana firmaron una de las peores actuaciones del curso.
La máxima diferencia alcanzó los diecisiete puntos (11-28) y quedó recortada en uno (12-28) al término del primer cuarto. Solo Ante Tomic (7 puntos), que se cargó con dos personales, era el único recurso en ataque de los locales.
Con solo diez minutos jugados, buena parte del discurso del partido estaba escrito. El Real Madrid doblaba al Barça en rebotes (5-10), la diferencia en valoración era de 7-37 y Llull, él solo, había anotado más que el Barça (12-13) y tenía el doble de valoración global que todo el equipo local (7-14).
Xavi Pascual le dio la vuelta a su equipo. Buscaba, pero no encontraba la combinación exacta y mientras al Real Madrid le salía todo.
Con la entrada en cancha de Felipe Reyes, el pívot madrileño capitalizó las capturas en ataque, y dio bolas extras a los suyos. Gustavo Ayón estuvo igual de eficaz y la diferencia se disparó hasta el 15-37, a 6.25 minutos para el descanso.
Ese fue el primer punto de inflexión del partido. El Barça empezó a frenar la sangría, aprovechó que Llull estaba en el banquillo y empezó a jugar mejor en ataque.
Un parcial 11-0 puso a los azulgrana en otra situación (26-37). Los de Xavi Pascual habían dejado sin anotar a su rival durante tres minutos y empezaron a ver las cosas de otra manera.
El regreso de Llull le dio otro impulso a su equipo, aunque para entonces el Barça se había situado en la barrera psicológica de los diez puntos (31-41), que se incrementó en dos al descanso (32-44).
La salida del tercer cuarto era decisiva para los azulgrana. Se la jugaron más en defensa, creyó más en su juego exterior, equilibró el rebote y Llull no tuvo tanto protagonismo.
Fue limando diferencias el Barça hasta situarse a cinco puntos (52-57), tras un triple de Perperoglou. El gran partido de Ayón permitió a su equipo mantener el tipo y despedirse del tercer cuarto con ocho puntos de ventaja (58-66).
A la hora de la verdad, al Real Madrid no le tembló el pulso. Con un parcial de salida 1-12 dejó el partido decidido (59-78) a seis minutos para la conclusión.
Al final en el intercambio de canastas, el marcador se fijó en el 70-90, con lo que los de Pablo Laso equilibran la final y tendrán la posibilidad de llevarse el título si ganan los dos próximos partidos que jugarán en su cancha.
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