El futbolista argentino Lionel Messi y su padre, Jorge Horacio Messi, que han declarado este juves en la Audiencia de Barcelona acusados de tres delitos contra la Hacienda Pública, han responsabilizado a sus asesores legales de la defraudación fiscal.
«Yo sólo jugaba a fútbol. Firmaba los contratos porque confiaba en mi papá y en los abogados que habíamos decidido que nos llevaran las cosas», ha declarado el jugador del Barcelona ante el tribunal.
En un comunicado los técnicos del Ministerio de Hacienda han rechazado estas explicaciones afirmando que «jamás ha dedicado un minuto de su vida a leer, estudiar o analizar el contenido de los instrumentos contractuales y mercantiles» de la riqueza que genera como deportista profesional.
Según el sindicato, existe una doctrina jurisprudencial que afirma que la actitud de quien se mantiene en una situación de «no querer saber» integra la denominada «ignorancia deliberada», que permite la imputación subjetiva de la conducta delictiva.
También señalan que es posible apreciar el dolo eventual cuando el autor del delito decide realizar la acción teniendo sospechas de que se puede estar defraudando más de 120.000 euros con total indiferencia.
Por ello, el sindicato Gestha también rechaza el argumento de la Fiscalía acerca de que el jugador había realizado los hechos constitutivos de tres delitos fiscales sin conocimiento de su antijuridicidad y, por tanto, sin culpabilidad.
En concreto, Messi afirma desconocer que ocultó y desvío 10,1 millones de euros entre 2007 y 2009 de sus derechos de imagen por sus contratos, entre otros, con el FC Barcelona y la marca deportiva Adidas, principalmente, ascendiendo las cuotas del IRPF presuntamente defraudadas a 4,1 millones de euros.
Gestha ha recordado que la evasión de los derechos de imagen de Messi se remonta a 2005 a través de tres sociedades domiciliadas en los paraísos fiscales de Belice, Reino Unido y Suiza, antes de la firma del contrato laboral y de imagen del jugador con el FC Barcelona.
Estos contratos los ratificó notarialmente Leo Messi meses después de alcanzar la mayoría de edad.
En 2007, tras las desavenencias que el futbolista tuvo con el asesor Rodolfo Schinocca, ese entramado societario fue sustituido por otro similar con otras tres sociedades domiciliadas Uruguay, Reino Unido y Suiza, en las que Leo Messi cedió, sin contraprestación alguna, todos los derechos de imagen, firmando el contrato en su propio nombre y, además, como director general de la sociedad uruguaya de la que era él único accionista.
Por ello, los técnicos sostienen que para la inculpación de los delitos fiscales a Messi «es indiferente de que su padre reconozca que él creó el entramado societario y era quien gestionaba económicamente los derechos de imagen de su hijo».
Así, «los indicios de dolo del jugador -según los técnicos de Hacienda- coinciden con el instructor».
Ghesta asegura que Leo Messi es «el obligado tributario, quien genera los ingresos no declarados y es beneficiario de los mismos» y que fue el delantero azulgrana el que «ratificó personalmente ante notario el contrato inicial de cesión a Sports Consultants LTD, tras alcanzar la mayoría de edad».
Según el sindicato, Messi intervenía como administrador de Jenbril SA, con domicilio en un paraíso fiscal, que, a su vez, encomendaba a otras empresas, radicadas en jurisdicciones de conveniencia, la prestación de servicios relativos a la conclusión de contratos de patrocinio, esponsorización y merchandising.
«Estas contrataban con las empresas pagadoras, debiendo intervenir en ocasiones Messi en los mismos contratos en la doble condición de administrador y de jugador», según los técnicos de Hacienda.
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