Los jueces del combate, todos estadounidenses, que tuvo como escenario el MGM Grand Garden Arena, de Las Vegas (Nevada), dieron ganador a Mayweather Jr. con cartulinas de 118-110 que entregó Dave Moretti, mientras que Burt Clemens y Glenn Feldman presentaron 116-112 cada uno.
«Le doy gracias a Dios por el triunfo y a los aficionados que vinieron a Las Vegas para verla», declaró Mayweather Jr. al concluir el combate, que fue todo menos el del «Siglo» y «Todos los Tiempos» como se había calificado.
Mayweather Jr. no hizo nada especial en el cuadrilátero, se limitó a esquivar los intentos de ataque de Pacquiao, que solo en dos asaltos puso en peligro al campeón invicto estadounidense.
«Estoy listo para pelear en septiembre», destacó Mayweather Jr., aunque no dijo cual sería su rival, aunque su deseo es el empatar la marca del legendario de Rocky Marciano que tiene 49-0, por lo que el que elija no le generará ningún problema. «Voy a pelear una vez más y después me iré, casi tengo 40 años, he estado 18 en la elite».
Admitió que Pacquiao era un buen boxeador que tuvo sus momentos, pero que hizo los ajustes correspondientes y todo quedó solucionado.
«Fui el peleador más inteligente, ya lo había anticipado, él es un campeón, es duro, un buen peleador, pero una vez que me salí de su distancia no pudo agarrarme de nuevo. Fui mejor esta noche», valoró el campeón invicto, que hizo una radiografía perfecta de lo sucedido en el cuadrilátero.
Mayweather Jr., de 38 años, que exponía los títulos del CMB y de la AMB, dejó su marca en 48-0, con 26 nocáuts, y Pacquiao la bajó a 57-6-2, 38 triunfos logrados por la vía rápida.
El campeón invicto estadounidense, que tiene títulos en cinco divisiones diferentes, también logró un gran triunfo monetario al llevarse una bolsa garantizada cercana a los 100 millones de dólares que luego incrementará hasta los 200 por los ingresos de los derechos de televisión.
El campeón filipino, el único en la historia del boxeo que ha logrado títulos en ocho categorías diferentes, a pesar de la derrota, se llevó una bolsa de 25 millones de dólares garantizados, que incrementará hasta los 100 por otros conceptos de ingresos.
«Creo que fui el que gane la pelea, porque intente boxear más, di los mejores golpes y él nunca quiso entrar en el intercambio, se dedicó a correr por el cuadrilátero, y así es imposible que se pueda ver espectáculo, el que realmente gusto a los aficionados», destacó Pacquiao, que a pesar de haber perdido siempre tuvo el apoyo del público, quizás porque fue el único que realmente les dio algo de emoción cuando se dedicó atacar con todo a Mayweather Jr.
Como habían previsto los verdaderos conocedores del deporte del boxeo, la pelea fue un calco de las que siempre ha realizado Mayweather Jr., no expone nada, simplemente se dedica a sacar su directo de izquierda, para que no le entren en la guardia y sacar de vez en cuando su derecha.
Eso fue todo lo que hizo contra Pacquiao, que arriesgo más con un boxeo agresivo y cuando el campeón filipino lo hizo de forma consistente dominó sin problemas a su rival y lo puso en peligro, pero fue sólo en dos asaltos.
Luego la pelea fue monótona, controlada de principio a fin por Mayweather Jr. que no dio un solo golpe potente a Pacquiao, y ambos confirmaron que su enfrentamiento llegó demasiado tarde para desgracia del verdadero deporte del boxeo.
Después de los visto en Las Vegas esta noche, denominar la pelea de Mayweather Jr. y Pacquiao como la de «Todos los Tiempos» es cuando menos un chiste, las dos que ofreció el púgil argentino Marcos Maidana ante el campeón estadounidense fueron mucho más interesantes y disputadas.
La pelea habrá batido todas las marcas de recaudación y de ingresos de taquilla, el MGM Grand Garden Arena parecía más la entrega de los premios Oscar, estuvo lleno de decenas de grandes estrellas del cine, la música y del deporte profesional, pero en el apartado deportivo, el boxeo siguió sin dar su mejor imagen.
Quiza fuese por eso que los aficionados que llenaron el recinto, una asistencias cercana a los 17.000 espectadores, al concluir la pelea abuchearon permanentemente a Mayweather Jr. mientras hizo sus primeras declaraciones.
Era la manera de expresar la «frustración» de presenciar otra pelea que dejó todo menos emociones, y lo que es más importante, intercambios de golpes que pudiesen poner en peligro a los dos peleadores, que es la verdadera esencia del deporte del boxeo.
5 comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Periódico de Ibiza y Formentera
Robo, pero ya se sabia de antemano, porque 120 millones para dejarte roba, tambien se deja.
Entre el tongo y TotalChanel menudo desastre. Lo de Totalchanel para hacérselo mirar, ya pueden ir devolviendo el dinero a todos e ir cerrando.
Per molta ràbia que doni en Mayweather, basta veure ses estadístiques des combt per veure que ha guanyat justament. En Pacquiao ha començat bé però poca cosa més... Victòria justa den 'Money' Mayweather a un molt decepcionant combatdel segle...
La palabra "tongo" viene del boxeo.
Pompa de Jabón. Me había ilusionado con "El combate del siglo". Llevaba meses preguntándome si lo podría ver por tv. Al final con Totalchanel y una conexión de banda ancha pensé que el destino jugaba a mi favor. Además el evento me recordaría al pasado si organizaba una cena con los colegas. Llegado el momento, sólo una tercera parte de mis amigos acudieron, la plataforma de Totalchanel que cobraba 12 euros por el combate en HD se vino abajo como un castillo de naipes, todos se fueron y acabé solo como un perro abandonado, aunque conseguí ver el combate en mi [moto g] a golpes de buffer desde un servidor ruso. Pues bien, el combate no consiguió aliviar mi alma en pena. Maywether con un boxeo técnico y calculador (showtime) hasta la saciedad y un Pacquiao al que le viene grande el sueño americano, hicieron que esa ilusión que yo había creado se deshiciera como una pompa de jabón. Ya lo había advertido un bloguero. Aunque me queda la incógnita de saber que hubiera pasado si el combate se hubiese celebrado en Filipinas; me volvería a ilusionar de igual manera o más, en sintonía con un pueblo constantemente amenazado por la precariedad y la catástrofe.