Nadal además superó al estadounidense Andre Agassi en el número de Masters 1.000 ganados, ahora ya con 18 para el de Manacor. El español, que ya ganó este torneo en 2005 al vencer al croata Ivan Ljubicic y suma 39 títulos en su carrera, aparecerá el lunes como número dos del mundo, y se presentará en París imbatido en tierra esta temporada con 15 victorias, y solo dos sets perdidos, uno contra el letón Ernest Gulbis en Roma, y otro ante Nicolás Almagro, aquí en Madrid.
Nadal necesitó dos horas y diez minutos para devolver la moneda a Federer, su verdugo en la final del pasado año (6-4 y 6-4). Ante la reina doña Sofía y la infanta Elena, Nadal logró la decimocuarta victoria sobre Federer en 21 encuentros (10-2 sobre tierra).
«Nadie me había ganado en este estadio, pero Rafa está jugando increíble en esta temporada de tierra», dijo Federer con el trofeo de subcampeón en sus manos. «Estoy contento con mi juego sobre tierra batida», añadió el ganador del Abierto de Australia, quien pidió perdón al público que le ha apoyado siempre en sus partidos, por no dirigirse a ellos en español.
«Felicitaciones por esta sesión, por tu triunfo en Australia y porque tu carrera es increíble», respondió Nadal. «Me gustaría agradecer a la reina Sofía y a la infanta Elena su apoyo. El torneo ha sido impresionante».
«Ganar aquí en Madrid otra vez es muy bonito, la experiencia de de 2005 fue inolvidable, pero ahora triunfar aquí, con todo este estadio lleno es increíble», añadió Nadal tras recibir el trofeo de manos de la Reina Sofía.
El triunfo en Madrid significa un salto cualitativo para Nadal, que entrará en Roland Garros con esa vitola de invencible en tierra que lució en años anteriores. Ahora, con 28 títulos sobre arcilla, empatado con el checo Ivan Lendl y el rumano Ilie Nastase, y a dos del sueco Bjorn Borg, y del español Manuel Orantes (el argentino Guillermo Vilas ganó 45), el zurdo español preparará de nuevo el asalto a la capital francesa donde el año pasado cayó en octavos ante el sueco Robin Soderling.
Su virtud fue mantener la estrategia desde el principio al fin, adecuar su magnífico revés cruzado a las embestidas del suizo, y aprovechar cualquier resquicio del servicio de Federer, su mejor arma en Madrid por la altitud, con el que consiguió nueve directos, para forzar el error del número uno del mundo.
Un error de Federer fue precisamente el que dio el triunfo a Nadal en el último punto. El resto del español en el desempate, en la segunda bola de partido, botó mal, y el suizo no acertó a conectar su derecha a mitad de la pista, con todo a su favor.
Federer exhibió un exquisito e inteligente juego, con delicadas dejadas, incluso al resto, para atraer a la red a Nadal, que navegaba en el fondo como a él le gusta. Lo consiguió varias veces pero casi siempre los golpes desde la línea de saque se iban para el lado del español.
El duelo fue muy ajustado, pues el suizo acabó con 33 errores no forzados, mientras que Nadal cometió 27. Siete roturas de servicio, con cuatro forzadas del español le dieron el triunfo. Pero sin duda donde Rafa ganó el partido fue en el desempate, en el que estuvo abajo 2-4. No bajó los brazos, ganó los cuatro puntos siguientes y ahí desmoralizó a Federer.
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Estaba escrito que Rafa Nadal había recuperado la senda de la victoria, por su entrega, pundonor, profesionalidad y fuerza física y mental. Decía Albert Camus que "el éxito es fácil de obtener, lo difícil es merecerlo." Hoy te has lucido ante el nº 1, le has superado porque tu espíritu anímico vuelve a estar bendecido por la inspiración y el sacrifico supremo, que siempre te ha orlado como grande del deporte mundial. Icono mallorquín universal.