Tres semanas. Eso es lo que ha durado Mark Tikhonenko en el Class Sant Antoni. El ruso de 26 años se anunció como un fichaje de relumbrón, ya que se trataba de un jugador de categoría superior, pero este lunes saltó la sorpresa con el comunicado en redes sociales, en el que los ibicencos anunciaban su adiós.

Tikhonenko, hijo del mítico jugador de la URSS, es un pívot de pívot de 2,08 metros que destaca por su lanzamiento exterior. A Ibiza había llegado producente de la potente liga rusa en la que formaba parte del Unics Kazan. Antes había jugador en Astana y MBA Moscú.

Su breve paso por el Sant Antoni deja una tarjeta de presentación muy pobre, ya que participó en un único partido liguero en el que salió tres minutos, se quedó sin lanzar a canasta y capturó un rebote defensivo. Desde el club no especificaron el motivo de esta precipitada salida.