Julián Córdoba, delegado de Ibiza y Formentera del Comité Balear de Árbitros.

Julián Córdoba Moreno (Fuente de Piedra (Málaga), 12-04-1969) lleva nueve años como delegado de Ibiza y Formentera del Comité Balear de Árbitros. Muchos años en el arbitraje en los que le ha tocado ver y vivir muchas cosas, a las que se suma el episodio vivido el pasado sábado en Santa Eulària en un partido de benjamines, donde desde la grada se increpó al árbitro.

—Otro episodio de violencia verbal en un terreno de juego contra un árbitro.

—Sí, efectivamente. El sábado pasado en un partido de fútbol-8 se produjeron unos hechos por parte de espectadores de ese partido, que increparon e insultaron al árbitro que estaba dirigiendo el encuentro. No es la primera vez que tenemos que denunciar algo así.

—Un árbitro de 18 años ¿Cómo está el chaval?

—Es un árbitro que ha empezado este año a pitar. Es un chico de 18 años que tiene mucha ilusión, como todos los que comienzan, pero este tipo de actos pues les afecta. Para tranquilizarle, le hemos dicho que no es algo que ocurra muy a menudo, gracias a Dios, pero que sí que ocurre de vez en cuando. Y claro, cuando pasa, sí que les afecta a nivel emocional y les quita un poco esas ganas de arbitrar.

—Dice que no es algo habitual, pero sí que es recurrente. Supongo que usted que está al frente tendrá constancia de muchos más casos que no salen a la luz.

—Sí. Aunque los clubes están haciendo un gran trabajo y la Federación de las Islas Baleares también está trabajando mucho, con varias campañas, para que no ocurran estas cosas, siempre hay espectadores que cometen estos actos tan desagradables para el mundo del deporte.

—¿Cada cuánto se encuentran con algo así?

—La verdad es que no hay unas fechas estipuladas, ni he llevado ese estudio. Pueden pasar dos o tres casos en el mismo fin de semana y luego estar cuatro meses sin que ocurra ninguno.

—¿En los últimos años está habiendo más o menos episodios de violencia en los terrenos de juego?

—Yo repaso todas las actas, así que hago un seguimiento y puedo decir que cada vez hay menos casos. La gente cada vez está más educada para no cometer estos errores y estos insultos y entienden el deporte como una competición limpia. Se sale al campo a ganar puntos, pero dentro de la deportividad. Los clubes están haciendo mucho trabajo para que se produzca esto. Se ha notado que cada vez hay menos hechos, pero no han desaparecido. No hemos podido evitar que se produzcan, pero sí que cada vez sean menos. De hecho, el domingo me llamó la presidenta de la Peña Deportiva para pedirme disculpas y decirme que tomarían medidas sobre esas personas que habían increpado al árbitro. Los clubes cada vez están más concienciados. Eso se va notando.

—En este caso en concreto quizás lo que más llama la atención es que se trata de un partido de niños de ocho años.

—Efectivamente. Llama mucho la atención que ocurra en un partido de fútbol-8, que son de niños entre ocho y 10 años. Es una edad en la que no deberían suceder este tipo de hechos en absoluto. No está motivado, ni justificado y hay que ayudar a los niños a crecer deportivamente y a nivel educativo. No entendemos que ocurran estas cosas en ninguna categoría, pero mucho menos en niños tan pequeñitos. No podemos comprender que estas cosas pasen en categorías tan bajas. No es la primera vez que ocurre y llama mucho la atención cuando pasa.

—Cambiando de tercio y yendo a algo más amable, aprovechando que estamos charlando con usted. ¿Cómo está la situación del arbitraje en las Pitiusas?

—Pues la verdad que bastante bien. Hemos crecido mucho. Cuando yo entré éramos 42 árbitros y ahora somos 66. También se han incorporado chicas. Cuando yo entré no había ninguna y ahora tenemos seis, alguna de ellas a nivel de promoción. Cada vez hay muchos más chavales que están jugando y se interesan por el arbitraje. Además, el gran trabajo que se está haciendo desde la escuela ha llevado a promocionar árbitros de aquí de Ibiza. Uno está en Primera RFEF, otros dos en Segunda RFEF, después dos asistentes más en Segunda RFEF y dos en Tercera RFEF. Estamos contentos. Nuestro objetivo es formar y cuidar a nuestros árbitros que están cada fin de semana en Ibiza y Formentera y hace que el fútbol pitiuso salga adelante.