Sofi conduce la pelota durante el partido del San Pablo contra el Colo Colo Zaragoza. | Arguiñe Escandón

Sofía Schell (05-03-1994, Crespo Entre Ríos, Argentina) es una de las jugadoras de un San Pablo que está haciendo historia. No en vano, es el primer equipo ibicenco en la Segunda División femenina de fútbol sala que está rindiendo en la categoría, plantando cara a su rivales y ofreciendo buen juego. Con tres victorias en siete jornadas, el conjunto ibicenco se encuentra en la zona media de la tabla y Sofi, como se conoce deportivamente a la jugadora argentina, confía en lograr el objetivo de la salvación.

—¿Qué sintió cuando vio marcó el 2-1 en el último minuto?

—Creo que se vio en el festejo. Estaba muy emocionada porque es algo muy lindo lo que estamos logrando. No se trata ya de algo a nivel personal, sino que lo que me gusta es lo que conseguimos grupalmente, atrayendo gente y llevando al San Pablo a un lugar que nadie se esperaba o pensaba. Que en Ibiza haya un equipo en esta Segunda División consiguiendo victorias y peleando es algo histórico. Estoy muy contenta sobre todo por el esfuerzo que está haciendo esta gente para que estemos en esta división. Es una alegría enorme.

—Cuando suena la bocina y se certifica la primera victoria en casa, ¿qué le vino a la cabeza?

—Son cosas para lo que trabajamos durante toda la semana. Yo sólo puedo entrenar una vez a la semana, los lunes, porque trabajo. Termino el día 10 y voy a poder estar más con el grupo. A pesar de que este tiempo no vengo entrenando tanto y tengo más minutos, las compañeras conmigo son un amor. Ellas van más a entrenar, pero me apoyan y eso es superimportante. Esas cosas que tenemos como grupo y que estamos viviendo son un sueño para ellas. Yo como jugadora profesional ya lo he vivido y vine a aportar y divertirme.

—Supongo que se han quitado un peso de encima al ganar ya como locales.

—Teníamos esa espinita clavada. Queríamos festejar con nuestra gente una victoria. Estaban apoyando tanto que no ganar era como una espinita. Estamos muy contentas porque la gente estaba muy feliz de poder participar en esta victoria.

—Llevan tres triunfos en este arranque liguero, muy buenos números para un recién ascendido. ¿Cómo lo valoran?

—Es algo muy bueno. El fútbol sala es muy dinámico y a Osasuna le ha pasado lo mismo que a nosotras en otros partidos, en los que íbamos por delante y nos dieron la vuelta al partido. En este deporte, si no estás a tope los 20 minutos de reloj de cada tiempo, no puedes estar dentro del campo. Lo bueno es que puedes ir cambiando y que todas aporten es superimportante.

—¿Estos buenos resultados os dan una confianza que os hace soñar más aún en la permanencia?

—Hay que ir partido a partido y escalón por escalón. Los escalones se suben de uno en uno, no de tres ni de dos. Soñar siempre soñamos. Se ve que el equipo trabaja bien y soñamos con mantenernos en la categoría y darle una oportunidad a un club de Ibiza de seguir en esta división.

—El San Pablo comenzó con un entrenador y hace ya tiempo que lo retomó Iván Gil, con quien el equipo ascendió. ¿Ha influido esto en el rendimiento?

—Sí, se ha notado. En los primeros dos partidos los resultados fueron negativos. No nos llegamos a sincronizar con el entrenador. No teníamos conexión y ahora está Iván, el hombre que nos ha llevado a donde estamos. No quiero dejar atrás a Iván, Ana y Susi. Son tres personas que están las 24 horas disponibles y trabajan de corazón. Son personas muy buenas que lo están dando y todo y en el equipo se nota.

—La temporada pasada ustedes estaban acostumbradas a ganar. Cada partido era prácticamente una victoria. ¿Cómo llevan el salto de nivel y categoría?

—Es hermoso. Yo soy una jugadora a la que le encanta jugar bajo presión. Me gusta que me presionen y sacar cosas distintas. Me encanta jugar de esta manera, pero las chicas nunca habían tenido esa sensación y hoy en día veo el crecimiento de muchas de ellas por jugar bajo presión a niveles altos. Eso hace que crezcan un montón. Jugadoras como Mirta, que metió el primer gol en el último partido, se le venía pidiendo que llegara al segundo palo y con esfuerzo lo está logrando. Ese gol es una especie de recompensa para ella y para todas, que lo están haciendo genial.