No se han perdido las últimas finales de España y empiezan a acostumbrarse a ganar. Juan Antonio Noguera, su hijo, Mariano Ferrer y Juanjo de sa Cova volvieron a vivir en Berlín una noche mágica. Estuvieron cuando España dominó el mundo y lo vuelven a hacer ahora que recupera el cetro europeo.
El domingo fue un frenesí de emociones e ilusiones desde el momento en el que aterrizaron en Alemania. El centro neurálgico de la previa estaba en Puerta de Brandeburgo, donde las aficiones se reunían para entonar sus cánticos en un ambiente sano y de deportividad.
«Desde allí fuimos para el campo. Había muy buen ambiente, un ambiente muy sano. Las dos hinchadas cantándose unos a otros. No era un ambiente de hooligan, de hecho cuando ganamos muchos ingleses nos dieron la enhorabuena y nos decían que éramos mejores», explicaba este lunes Noguera mientras esperaba en el aeropuerto su vuelo de vuelta a España.
Una espera más larga de lo previsto ya que se encontraron con overbooking y en vez de salir a las 9.00 horas lo hicieron pasadas las 18.00 horas. «Estás cosas se llevan mejor cuando eres campeón» bromeaba.
En cuanto a cómo había vivido la final, explicó: «Fue un partido trabado y cuando vi que se lesionó Rodri me preocupé un poco, pero Zubimendi lo hizo muy bien. Además, metimos pronto y tuvimos otra buena ocasión y me las prometía muy felices, pero cuando nos marcaron… Afortunadamente Oyarzabal hizo el segundo y ahí los matamos».
Uno de los aspectos que más disfrutó es que estaban al lado de los familiares de los jugadores de la selección. «Estuvimos con el padre de Lamine que es muy simpático. Y, luego, cuando ganaron, vinieron todos los jugadores con su familia y estaban ahí con nosotros».
Uno que este lunes estaba «un poco triste» era Martin Makepeace. Este inglés afincado en Sant Antoni desde hace muchos años tenía sentimientos encontrados porque estaba feliz por sus amigos, pero triste porque su país no había podido ganar.
De todas formas, Makepeace buscó la parte positiva y destacó: «Los ingleses sabemos que el mejor equipo ha ganado. Es una lástima, pero lo hemos pasado genial, estoy feliz por haber vivido un partido tan especial con mi hijo y el viaje vale la pena. Fue una final mágica».
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Vaya cuatro patas para un banco... o eran tres?