Una imagen del San Pablo.

El San Pablo se ha quedado sin el ascenso a Segunda División femenina tras caer por 5-2 contra el CFSF Teidaya en Tenerife este domingo –la ida se había saldado con empate a tres–. El equipo ibicenco acusó las bajas –no viajaron Sofi ni Irina, y además India se lesionó en el calentamiento– ante un conjunto chicharrero que fue superior en líneas generales y que se ganó de forma merecida el salto de categoría a pesar de que las ibicencas no arrojaron la toalla y firmaron una notable segunda mitad.

Las locales no tardaron en adelantarse en el marcador. Alba aprovechó un error de Nuria, que le entregó la pelota involuntariamente, para marcar con un disparo ajustado al palo a los cuatro minutos.

Las ariqueras dominaban el juego y crearon diversas ocasiones de gol. Nuria tuvo que emplearse a fondo en alguna de ellas, pero no evitó el segundo tanto a los nueve minutos en un zapatazo lejano de Andrea que se coló por la escuadra.

Iván Gil pidió tiempo muerto mediado este primer periodo con el objetivo de que las suyas no se fueran del partido. Sin embargo, el Teidaya no quitó el pie del acelerador y se acabó marchando al descanso con cuatro goles de renta después de que Andrea, a puerta vacía, y Julia, con un disparo de puntera desde el costado izquierdo, firmaran el 4-0 con el que se llegó al descanso.

En la segunda mitad, en la que Ale relevó a Nuria en la portería visitante, el San Pablo mejoró sus prestaciones y metió el miedo en el cuerpo de su rival. No en vano, Haruna, con un disparo lejano, y Gina, sola ante la portera a pase de Mirta, pusieron el 4-2 en el tanteador en apenas cinco minutos.

Las ibicencas rozaron el tercero en un cabezazo de Gema que se marchó al palo en el minuto 27. Justo en la contra, Chinea hizo el quinto de las suyas. Ver para creer. Se pasó del 4-3 al 5-2 en apenas unos segundos.

El marcador ya no sufrió más cambios. El equipo de Iván Gil se dejó la piel en la pista y trató de recortar distancias ante un Teidaya que también tuvo sus ocasiones, pero el 5-2 fue inamovible y el ascenso se quedó en casa.