Sandra Guasch, Matías Rodríguez, Marc Blakstad y Marcel Quirós posan con sus coches.

El Dakar hablará más ibicenco que nunca en la próxima edición con récord de participación de pilotos de la isla y entro estos está la historia de Matías Rodríguez Martín y Sandra Guasch Planelles. Este matrimonio se embarcará en la competición más dura del planeta de la mano del equipo BXS Motorsport. Matías, al volante, y Sandra, a la navegación, estarán en la salida del Dakar Classic junto a sus compañeros Marcel Quirós Subirats y Marc Blakstad Escandell (también ibicenco), ambos tándems con sus coches Lada Niva y con la asistencia del equipo Pedregá Team.

El motor y la aventura siempre han sido unas de las pasiones de este matrimonio que hasta hace bien poco ni se planteaban correr el Dakar. Su aspiración era participar en algún raid de Marruecos. Matías empezó con las motos, siendo uno de los nombres propios del panorama ibicenco, pero una caída le provocó una lesión de espalda que le obligó a pasar por el quirófano y le apartó de la competición.
El amor por este mundo le hizo volver, pero sobre cuatro ruedas y lo hizo acompañado de su mujer que ya conocía también el mundillo. «Cuando empecé a meterme otra vez en el motor estaba restaurando un Lada Niva para prepararlo y usarlo mi mujer y yo. Contactamos con un preparador de Tarragona especialista en Lada Niva (Marcel Quirós). Empezamos a hablar, lo empezamos a preparar, nos prestó un coche porque tiene una estructura de equipo. Hicimos una carrera y nos fue bien, muy divertido. Hablando y hablando empezaron a cuadrar las cosas. Él ya había corrido el Dakar y quería volver con su equipo y teniendo más coches», explica Matías Rodríguez.

«Nos ofreció la posibilidad de correrlo y en un principio le dijimos que no, que era imposible. El Dakar es la carrera top mundial y sólo van los privilegiados y ni siquiera te lo planteas. Poco después nos volvió a decir que tenía una plaza para nosotros si queríamos correr. En un principio nos asustamos un poco, nosotros tenemos negocios, tenemos dos niños pequeños, una de 10 y otro de seis. Por suerte tenemos a los abuelos que siempre están dispuestos a ayudar. Empezamos a coordinar, a hablar y todo salió rodado. Yo cuando las cosas funcionan bien me gusta darles impulso y si se atascan pues a otra cosa. Esta vez todo fue demasiado fácil», confiesa.

Historia personalizada

El hecho de que sean un matrimonio también es algo que gusta y mucho a la organización del Dakar. En la presentación de la prueba, los responsables de la prueba hablaron personalmente con ellos, les ofrecieron muchos consejos y valoraron la posibilidad de ponerles una cámara del Dakar en el habitáculo para hacerles un seguimiento personal. No es ninguna novedad que vaya un matrimonio al Dakar, pero tampoco es algo demasiado habitual.

Al ser cuestionado por cómo es la relación marido-mujer durante la competición, Matías no duda en asegurar que se compenetran a la perfección: «Para nosotros es una liberación porque siempre nos ha gustado la aventura y desde que nació nuestra hija pues nos hemos controlado un poco más y hemos hecho viajes más familiares. Además, dentro del coche nos transformamos y se vuelve todo muy quirúrgico. Ella se pone a darme órdenes y yo a protestarlo todo. Es muy divertido». «Cuando terminas la etapa, haya ido bien o mal, hayas discutido o no, es una liberación, es un momento especial nos miramos y decimos qué disfrute», añade.

Por último, en lo que a la competición propiamente se refiere, tiene claro que el objetivo es acabar, ya que sólo los que tienen presupuestos millonarios pueden optar a la pelea por el podio. En ese sentido, al comentarle que hay mucha gente que no entiende eso de participar en una carrera sabiendo que es imposible ganar, explica: «Mira el otro día hablaba con una persona que ha corrido 15 iron mans y nunca ha ganado. Su objetivo, muchas veces, es clasificarse para poder correr otra carrera. Yo le decía que en el motor siempre se aspira a ganar y él es una persona de resistencia y me dijo: ‘lo importante no es el resultado, lo importante es el camino y disfrutarlo. Te tiene que gustar el camino, no el final’. Creo que esa es la visión acertada para el Dakar».

Todavía quedan varios meses para que se dé el pistoletazo de salida y aunque pueda parecer mucho tiempo, no lo es tanto. El equipo ya trabaja contrarreloj para tener todo apunto en el coche y mientras tanto también está la difícil búsqueda de patrocinadores. Hasta la fecha ya cuentan con el apoyo de Blakstad Builders, Luxury Cement Solutions, Consell d’Eivissa, Ibizaentrena, Gaaas! Y Clínica Centrum. «Seguimos buscando más patrocinadores ya que participar en el Dakar tiene un coste importante. Nosotros no vamos a pedir dinero así porque sí, les contamos un proyecto que les puede interesar», explica Rodríguez.