En la primera parte, el partido comenzó con mucha igualdad. Esa fue la tónica dominante durante los primeros 15 minutos. El juego no era bonito, el partido era espeso y los minutos iban cayendo. En los locales, su portero les mantenía con vida, y en los visitantes era la defensa la que sobresalía.
En el tramo final de la primera parte, los de Eugenio Tilves consiguieron abrir hueco, parecía que habían encontrado el camino y se marchaban al descanso con un margen de tres goles.
El atasco en el inicio de la segunda parte, dos goles en 7 minutos, permitió a los locales ponerse a uno de diferencia (16-17). Giráldez rompió ese mala racha y el partido navegó unos minutos en esa ventaja de entre uno y dos goles a favor de los ibicencos. Prada logró aumentar la renta nuevamente a tres (19-22) cuando quedaba poco más de un cuarto de hora por disputarse.
Los catalanes no se iban del partido y lograban volver a ponerse a uno (21-22) tras unos malos ataques de los de Eugenio Tilves. Huesmann ponía otra vez la ventaja de dos goles con un gran lanzamiento y devolvía un poco de calma a los celestes. También apareció Bernárdez con dos acciones seguidas y, poco después, Malid culminaba una buena contra para poner los cuatro de diferencia (22-26). Un renta importante con menos de 10 minutos por jugarse.
Una acción de dos minutos a Malid y la posterior defensa doble mixta de los catalanes fue un dolor de cabeza para los de Tilves que vieron como una renta de cinco goles se convertía en dos (26-28). Ya en igualdad numérica, a través de un siete metros, el Sant Quirze se puso a uno. Quedaban cinco minutos.
Dos exclusiones de manera consecutiva a los catalanes daban aire al Trasmapi HC Eivissa, pero contra cuatro, en el primer ataque, no supieron hacer valer la superioridad. A la segunda, Eloy Krook, sí logró ver portería y puso el 27-29. Eso sí, acto seguido Malid vio la tarjeta roja por su tercera exclusión. Teniendo que jugar prácticamente el resto del partido los celestes con uno menos.
Un gol del Sant Quirze a falta de un minuto y medio obligaba a los ibicencos a no fallar. Krook, otra vez, hacía valer su fuerza para poner el 20-30 a falta de un minuto. Los catalanes desde los siete metros volvían a marcar y ponían el partido en un puño. Los pitiusos supieron gastar el tiempo y se llevaron un sufrido triunfo para escalar a la tercera posición de la clasificación.
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