Eugenio Tilves Iglesias (Pontevedra, 1-2-1982) cumplió su quinta temporada al frente del primer equipo del HC Eivissa. El técnico gallego sigue creciendo con un equipo que este año llegó incluso a soñar con el ascenso a Asobal, se peleó, pero al final no pudo ser.
—¿Qué nota le pone a la temporada?
—Notable alto o sobresaliente. La guinda de ganar al líder en la última jornada en casa nos puede dar ese puntito de darnos un sobresaliente. Veníamos muy justos de gente, somos la plantilla más justa y sacamos el partido adelante. Ellos querían ganar para asegurarse el primer tiempo y creo que ganarles es poner una buena guinda. Eso sumado a que llegamos a la penúltima jornada con opciones de pelear por el ascenso. Y eso que soy humilde y me suelo meter bastante caña, pero creo que tal y como fue el año, que casi nos quedamos fuera, que tuvimos muchas lesiones, covid... Con todo eso ver cómo lo sacaron los chicos... por eso doy esa nota.
—La afición se ilusionó, los jugadores, no sé si usted también lo hizo con la posibilidad de ascender a Asobal.
—Bueno, yo lo veía complicado. Creo que teníamos que ganar casi todo y el partido de Zarautz fue clave. Si lo hubiésemos ganado hubiéramos dado el supercampanazo de estar cerca, pero no fuimos capaces de competir bien y ya fuimos siempre a heroicas. Teníamos que ir haciendo heroicas y eso lo haces un día o dos, pero todas las semanas es agotador. Y así llegamos al final, muy cansados, no nos daba la vida para más. Buscamos soluciones entrenando con extremos como primera líneas contra el equipo titular, pero no es real. Si quieres ascender o competir para ello, tienes que tener un equipo para ascender y a nosotros nos faltaba fondo de armario.
—El equipo demostró que era capaz de pelear de tú a tú contra cualquiera. De hecho se ganó a los dos equipos que ascendieron.
—Sí, la verdad que sí. Una cosa no quita la otra. Sin tener fondo de armario, lo que tenemos no pone excusas y compite. Le ponemos dos huevos, hablando claro, y la gente se vacía y son muy disciplinados, algo que hay que destacar del equipo. Eso nos ha dado un plus de competitividad. A eso hay que sumarle que no teníamos ningún tipo de presión y la ilusión de poder incluso ascender, eso nos hizo crecer.
—¿Qué ha sido lo mejor y lo peor de esta temporada?
—Lo peor son los malos momentos. Las lesiones y el covid nos llevaron a estar en un puesto un poco irreal. Hubo un momento que llegamos a estar muy descolgados y tuvimos que tirar de la heroica, entrenando domingos, fue muy duro. Se hicieron cosas bien y perdimos partidos por un gol y eso nos dio dudas. Eso fue lo peor. Lo mejor y el momento más bonito fue la unión que tuvimos todos para sacar adelante eso y acabar en el grupo de ascenso. En vez de buscar culpables, todos asumimos nuestro punto de culpa e intentamos sumar para sacarlo adelante.
—No sé si le queda alguna espinita de aquella mala racha en la que el equipo estuvo muy castigado por la COVID. Si se hubiese rascado alguna victoria en aquellos meses...
—Quizás la clave fue contra Puerto Sagunto que teníamos cuatro con covid. La Federación Española te pedía cinco para suspender, cuando había comunidades en las que con uno o dos te dejaban aplazarlo. Fue un partido irreal y nos pasaron por encima. Quizás en igualdad de condiciones lo hubiésemos competido, no digo ganarlo, pero en casa sabemos que somos fuertes, quizás hubiésemos tenido dos puntos más en la fase por el título. Pero yo no me quedo con la espinita. Hay que valorar lo que hemos hecho contra equipos que tienen mucho más presupuesto que nosotros. Hemos hecho un buen trabajo y hemos competido hasta el final.
—El club crece año a año. En Primera Nacional se fue mejorando temporada a temporada. En Plata, el primer año se salvó la categoría sin demasiados problemas y en el segundo estuvo metido en la pelea por el ascenso. ¿Qué hay que esperar del próximo año?
—Habrá que ver la estructura de la plantilla. Si queremos ascender, hay que hacer un proyecto para ascender. Hay que crecer. Tenemos que tener una plantilla larga, siete primeras líneas, gente especialista e intentar trabajar un poco mejor. Tener más cuerpo técnico. Crecer en todos los aspectos de club para ser más profesionales. En cuanto a la plantilla, por lo que yo sé, pinta bien.
—Seguirá usted al frente.
—No está cerrado, pero sí hemos hablado. Ellos quieren que siga y yo estoy muy a gusto aquí. Pero quiero dejar claras estas cosas, saber la estructura del club, saber quién va a trabajar conmigo. En esos detalles va a estar. Si queda un buen proyecto yo quiero seguir porque es algo ilusionante, pero si no se van a hacer las cosas bien, prefiero hacerme a un lado para no quemarme.
—¿Y la plantilla? Se vienen muchos retoques o se intentará mantener el grupo y hacer pocos movimientos. Me imagino también que alguno de los chavales podrá haber levantado el interés de equipos de Asobal.
—Por lo que yo sé la idea es mantener gran parte del bloque. Se han ido Ander Iriarte y Pablo Castro, no sé si se irá alguien más, pero creo que han hecho rápido los deberes para renovar a la gente.
—No sé si se imaginaba este nivel de exigencia en la isla cuando llegó.
—No, la verdad que no. Llegué en Segunda Nacional como jugador y coordinando la base y ahora no me da. Ahora se fue Momo y necesitamos un nuevo coordinador porque la exigencia es muy alta.
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