Acompañados de sus compañeros, trabajadores del club, miembros del cuerpo técnico y el presidente Amadeo Salvo, así comparecieron este viernes Javi Lara y David Morillas en su rueda de prensa de despedida. El que no estuvo presente fue el técnico Paco Jémez, ausente por un asunto personal. Los dos jugadores tuvieron unas emotivas palabras en un acto en el que recibieron la insignia de oro y brillantes de la UDIbiza, además de un pequeño detalle de sus compañeros.
Poco a poco, la sala de prensa de Can Misses se fue llenando de los jugadores celestes para acompañar a dos de sus capitanes, que ya forman parte de la leyenda del club. Lara y Morillas entraron acompañados de Amadeo Salvo, que fue el primero en tomar la palabra. El máximo mandatario señaló que este tipo de despedidas producen «dolor» porque «son personas especiales por cómo han sido como futbolistas, pero, sobre todo, por cómo son como personas y capitanes». En esa línea, destacó que habían decidido, lejos de lo habitual, anunciar su adiós antes del último partido en casa para que «la afición lo supiese y se llevaran ese bonito recuerdo porque vivimos de eso, de recuerdos bonitos».
Salvo también abrió la puerta a los dos a volver a formar parte de la entidad en un futuro: «Algún día serán exfutbolistas y nos gustaría contar con ellos. Son válidos para muchas cosas, sobre todo para transmitir valores y seguir ayudando a crecer este club desde otra perspectiva. Eso lo decidirán ellos, pero esta casa y estas puertas siempre van a estar abiertas para ellos».
Por último y antes de darles las gracias por haber sido «dos tipos ejemplares» que «siempre» formarán parte del club, Salvo anunció que se les entregaría la insignia de oro y brillantes, la máxima distinción de la UD Ibiza, que hasta este viernes sólo la tenía Cirio.
Emoción
Tras estas palabras, llegó el turno de los futbolistas. Javi Lara, con emoción en la voz, recordó sus inicios: «Desde que llegué aquí a lo que ahora es el club nada tiene que ver. Es difícil de explicar y expresar. Hay mucho sentimiento. Me acuerdo cuando llegué... el campo de césped artificial. Tampoco es que sea un jugador importante, pero sí que, a lo mejor, tenía más nombre que otros compañeros y, a veces, me tocaba llamar a otros jugadores para decirles que si querían venir aquí y todos me decían que no, que césped artificial no, que Ibiza para jugar al fútbol no. Para mí es un orgullo todo lo que se ha conseguido. Mirar atrás es sentirse superaliviado de hacer las cosas bien hechas en un mundo que es resultadista. Aquí se ha trabajado mucho, el club ha crecido mucho y espero que siga creciendo».
Sobre el futuro, señaló que seguirá jugando:«Me encuentro bien. He tenido temporadas peores con 25 años que esta última. No creo que en este mes de vacaciones me vaya a poner más viejito».
Ante la posibilidad de recalar más adelante en el club, Lara agradeció que le abrieran esa puerta, pero no quiso hablar de ello. Confesó que estos días están siendo «muy difíciles» para él por el cariño que le tiene a la entidad y a sus compañeros: «Estoy deseando irme de aquí porque necesito desconectar».
Por último, sobre los recuerdos que se lleva, destacó que «son muchos» e hizo un repaso por sus años en el club, pero se detuvo especialmente en el partido de Copa del Rey contra el Barcelona: «Fue un antes y un después. Creo que la gente que vino se dio cuenta que aquí había un club al que engancharse, que no era un club de pasada».
Una familia
Por su parte, Morillas no quiso hablar de recuerdos futbolísticos y sí del día a día. «Recuerdos hay muchos y todos son importantes. Elegir uno es difícil, pero yo voy más allá. No solo son los partidos, para mí es el día a día. Lo que me da la vida es el día a día con mis compañeros. Disfrutar, reírnos. Yo creo que esos son los recuerdos más bonitos que me llevo de aquí. Lo deportivo, a todos nos gusta jugar el domingo, disfrutar de los partidos, ganar... Eso es importante, pero para mí el día a día es lo que te mantiene vivo y te da la energía para seguir jugando. Todos los compañeros, no solo de esta temporada. He tenido compañeros magníficos que se han tenido que marchar como ahora me voy yo, pero año tras años se han hecho vestuarios muy buenos y eso es lo más importante, eso no se debe perder».
En cuanto a sus inicios, dijo: «Cuando llegué a este sitio esto era prácticamente un solar y hemos conseguido cosas muy importantes. Era césped artificial, muchas veces te preguntas si has tomado la decisión acertada y has venido al sitio idóneo, pero en poco tiempo salen las verdades. Todo lo que me dijeron, no me engañaron en nada: venía a un club humilde, familiar. Lo único malo era el césped artificial. Ha sido un trabajo extraordinario. En muy poco tiempo hemos conseguido algo maravilloso. Me voy con la conciencia muy tranquila de haber hecho un trabajo buenísimo».
«He hecho una familia aquí en Ibiza y eso lo llevaré siempre en el corazón. Es muy importante estar feliz en un sitio y yo lo he notado aquí en Ibiza. Simplemente quiero dar las gracias por estos años», añadió, antes de anunciar que seguirá jugando al fútbol en otro sitio.
Una vez finalizada la rueda de prensa, la plantilla y trabajadores del club hicieron entrega de dos cuadros con la firma de todos los integrantes del equipo. La Udé también les regaló unas camisetas para sus hijos.
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