El informe arbitral posterior al partido PDV-Sant Josep, de la Liga Escribano Femenina (Primera División balear), está bajo sospecha. Existen imágenes que ponen en tela de juicio algunas de las afirmaciones del documento.
Tras ser expulsado el técnico Juan Mayans por unas supuestas afirmaciones en el banquillo, este abandonó la instalación y permaneció en el exterior de la puerta de acceso al pabellón de Puig d'en Valls, desde donde presenciaba el resto del partido.
En el informe, el árbitro Sergio Roig apunta lo siguiente sobre este hecho: «Acudo hasta la puerta para cerrarla, teniendo que pedirle hasta en tres ocasiones que, por favor, se retirara. En mi trayecto hacia la puerta, una señora del público se acerca a mí, grabándome y gritándome por la espalda a muy corta distancia. Cuando consigo cerrar la puerta y me dirijo a la pista para seguir con el encuentro, la señora que he nombrado anteriormente decide abrir la puerta gritando: ‘Aquí hace mucho calor'. Dejó así la pista a la vista del entrenador local».
En las imágenes se ve perfectamente que la señora a la que hace referencia camina sobre la zona delimitada como grada hasta la puerta para grabar lo acontecido, pero no a «muy corta distancia». Además, no se escucha ningún grito por su parte. En ningún momento se vislumbra ninguna agresividad ni peligro.
Por otra parte, la normativa indica que, cuando un técnico es expulsado, este «se dirigirá al vestuario del equipo, donde permanecerá el resto del partido, o, si lo desea, podrá abandonar las instalaciones». Que baste o no con estar fuera del pabellón es algo que deberá resolver la Federació de Bàsquet de les Illes Balears (FBIB).
Los jueces del partido, según su informe, ofrecieron «las opciones de seguir el encuentro a puerta cerrada o retirando al entrenador local de la puerta principal». Lo cierto es que el partido siguió su curso con Juan Mayans en el exterior, pero en un momento dado, poco después de un golpe fortuito entre dos jugadoras, los árbitros optaron por suspender el duelo.
El documento indica también que la decisión de la suspensión se debía a que «no se puede garantizar la seguridad del equipo arbitral, teniendo en cuenta la nula cooperación del equipo local y que la grada está a pie de pista, a menos de tres menos de la banda». En las imágenes no se aprecia ninguna situación de peligro. De hecho, así lo confirmaron dos integrantes del cuadro mallorquín.
Miki Canet afirmó ayer que «había padres de jugadoras de los dos equipos» y que en la grada «no pasó nada». Además, no ocultó su sorpresa por la suspensión: «Llevo 20 años entrenando y he estado en partidos mucho más broncos que se han jugado, incluso en Campeonatos de España, y no se han suspendido». El técnico apuntó también que, en su «opinión personal», «es un tema que viene de atrás y parece enquistado». «Ninguna de las partes quiso ceder un poco, pero lo que pasó fue una chorrada», agregó el míster.
Claudia Iglesias, jugadora del Sant Josep, también apuntó que en la grada «sólo había algunos padres y lo único que querían era que nosotras pudiéramos jugar». Sobre la presencia de Mayans en el exterior de la puerta de acceso, indicó que «Miki le dijo al árbitro que no había problema por nuestra parte, pero decía que se tenía que ir».
2 comentarios
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Gracias señor periodista por informarte antes de informar,el titular de ayer daña la imagen de una persona del que todo el mundo coincide en su gran calidad humana como de entrenador. Gente que hace mal su trabajo hay en todas la profesiones,desde el periodismo al arbitraje.
Se va cerrando el cerco, al final se sabrá quien es este tipo y como la mala hierba hay que erradicarlo para que no estropee nuestro maravilloso deporte, llevo varios años vinculado al baloncesto y siempre hay rifirrafes con árbitros, es normal, pero cuando acaba el partido te das la mano, comentas y cada uno a su casa, pero con este personaje es imposible dialogar y como no te guste lo que dices te hace la vida imposible y lo que es peor mete en su dinámica a la mayoría de árbitros que que lo acompañan, algunos no todos, como su pareja que le acompañaba el domingo en cuestión y algún otro, por favor señorito Roig, váyase a su casa, si allí lo aguantan.