El documento indica que la decisión de suspender el partido se debe a que «no se puede garantizar la seguridad del equipo arbitral, teniendo en cuenta la nula cooperación del equipo local y que la grada está a pie de pista, a menos de tres menos de la banda».
Los árbitros pusieron fin al encuentro «quedando 8:12 minutos del tercer periodo, con un marcador 21 a 39 y la flecha favorable al equipo local, habiendo este disfrutado de un tiempo muerto y con cero a cero en el marcador de faltas de equipo». «Acto seguido, el equipo local comunica su voluntad de firmar bajo protesta, a lo que, tras redactar los informes, se les informa que esto no será posible, pero que su demanda ha quedado redactada en uno de los informes», indica el escrito.
En el texto ofrecen también su versión sobre los hechos ocurridos tras ser expulsado el técnico local Juan Mayans. El preparador del PDV abandonó la instalación y la problemática surgió al entender el equipo arbitral que él no podía estar en la puerta de acceso, que se encontraba abierta y desde la que se podía ver el partido.
Ante tal situación, uno de los árbitros decidió cerrarla y, a partir de entonces, se sucedieron unos hechos que, a su parecer, les llevó a suspender el duelo. Así lo relata en el informe: «Acudo hasta la puerta para cerrarla, teniendo que pedirle –en referencia al entrenador expulsado– hasta en tres ocasiones que, por favor, se retirara. En mi trayecto hacia la puerta, una señora del público se acerca a mí, grabándome y gritándome por la espalda a muy corta distancia. Cuando consigo cerrar la puerta y me dirijo a la pista para seguir con el encuentro, la señora que he nombrado anteriormente decide abrir la puerta gritando: ‘Aquí hace mucho calor'. Dejó así la pista a la vista del entrenador local».
«Después de esa acción y consultándolo con todo el equipo arbitral, intentamos mediar con el equipo local para poder llevar a cabo el encuentro sin público, a lo que dicho equipo nos responde que no. Tras disculparnos con el equipo visitante, finalmente se toma la decisión de suspender el encuentro, después de conceder más de diez minutos al equipo local para que barajara las opciones de seguir el encuentro a puerta cerrada o retirando al entrenador local de la puerta principal, tiempo en el que sufrimos abucheos y comentarios despectivos hacia nosotros», continúa el escrito.
Sobre la expulsión en sí de Juan Mayans, el informe arbitral recoge lo siguiente: «La jugadora visitante se dispone a lanzar el tiro libre correspondiente a la técnica de banquillo y, después del lanzamiento, el anotador Javier Ámez Varela hace sonar su silbato, pidiéndome que me aproxime a la mesa de oficiales. Una vez allí, me informa que el entrenador local, dirigiéndose al banquillo, dice: ‘Me dan unas ganas de echarle las manos al cuello... No quiero que nos vuelva a pitar'. Procedo a la descalificación de dicho entrenador, que dice no estar de acuerdo con mi decisión».
Estas afirmaciones han escocido en el seno del PDV, que todavía no sale de su asombro. «No estamos de acuerdo con nada de eso. No pueden malinterpretar o sacar de contexto cosas que oyen de refilón ni hacer acusaciones tan graves», afirmó ayer Eva Yepes, coordinadora del club.
Yepes incidió en que «es grave» lo reflejado en ese informe y que no deja de ser «la palabra de uno contra la del otro, pero los clubes, los jugadores y los entrenadores están bastante desprotegidos en este tipo de situaciones porque la palabra del árbitro es la que suele valer». La coordinadora indicó que el club se mantendrá a la espera de «la decisión final, que puede perjudicar a mucha gente y a la competición».
Por otra parte, Eva Yepes quiso resaltar que «hay una parte que podemos demostrar que es falsa y puede poner en duda otras cosas». La coordinadora se refiere a que disponen de un vídeo de lo ocurrido y del que podrían hacer uso en sus alegaciones.
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