Dinamarca fue de menos a más, con Lasse Norman Hansen y Michael Morkov apareciendo en el momento adecuado para colgarse el oro (43 puntos) y dinamitar una americana en la que los franceses Benjamin Thomas y Donavan Grondin fueron los primeros en mostrar sus ambiciones, llevándose finalmente el bronce (40), justo por detrás de los británicos Ethan Hayter y Matthew Walls, plata (40).
Torres y Mora estuvieron a la expectativa en una Madison carente de movimientos ofensivos, a excepción del ataque francés, en los primeros compases. Los galos iban amontonando puntos en los esprints puntuables gracias a su demarraje y ese margen les permitió llegar al final con opciones de medalla.
Los intentos se sucedían, pero sin hallar continuidad, una vez que los franceses bajaron el listón. Dinamarca (Hansen y Morkov) siempre asomaban la rueda y a Torres y Mora les costaba entrar en los esprints, puntuando por primera vez en el séptimo.
Los nervios afloraban y se cobraban víctimas, como los alemanes Kluge y Reindhart, pero tras el esprint número dieciséis, cuando empezaban a jugarse en serio las medallas, Torres puso la directa junto a Mora y se llevaron consigo a Suiza (Froidevaux y Schir) y Gran Bretaña (Hayter y Walls). Parecía haber entendimiento, pero por detrás apretaron Bélgica (De Ketele y Ghys), Países Bajos (Van Schip y Havik) e Italia (Viviani y Consonni) para neutralizar las ilusiones de medalla del tándem español.
Desactivada la intentona, llegó la locura, y en ella fue Dinamarca la que mejor se desenvolvió, secundada por Países Bajos y una Bélgica que buscaba los puntos que le acercaran al podio, del que no lograron bajar a Francia (bronce) ni a una constante Gran Bretaña (plata), superadas por el oficio y la punta de velocidad de Dinamarca (oro).
España se tuvo que conformar con esa sexta plaza (14 puntos) y un diploma que cierra el ciclo olímpico del tándem Torres-Mora, además del concurso del 'pistard' de Ciutadella, décimo el jueves en el Omnium en su segunda participación olímpica, tras Londres 2012.
En esa pelea, Morkov y Hansen, que llegaban como vigentes campeones mundiales, volvieron a ser los mejores para sumar 43 puntos y aguantar el ataque final de Gran Bretaña (40), que se tuvo que conformar con la plata con la misma puntuación que Francia (40), bronce tras dominar durante la primera mitad.
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