Que Ángel Rodado pudiera estar en el banquillo la temporada pasada era algo impensable, cuando había jugadores prácticamente intocables. Esta temporada, las rotaciones no se notan, al menos por ahora, y son una de las claves del éxito de una UD Ibiza en cuyo diccionario solamente existe la palabra ganar. Cinco jornadas, cinco victorias. Ningún otro equipo de todos los que componen los distintos grupos de Segunda B ha sumado los 15 puntos ni ningún otro promedia tres puntos por partido. Impresionante.
El curso pasado, el gol en el equipo celeste llevaba el apellido de Rodado. Esta campaña, el protagonismo realizador está mucho más repartido y prácticamente cualquiera de los de arriba está capacitado para enviar el balón al fondo de las redes, algo que los unionistas han hecho en 11 ocasiones. Aunque, por poner un pero, se pueda seguir echando de menos algo más de desequilibrio en los extremos, lo cierto es que si algo le sobra al ataque unionista es precisamente gol, lo más cotizado en el deporte rey.
Sergio Castel está demostrando ser todo un acierto. Su protagonismo ha ido de menos a más y en las dos últimas jornadas, con Ángel en el banquillo, ha mojado. Ekain también se sumó a la lista de realizadores con un doblete contra el Valencia Mestalla, al que los pitiusos endosaron un contundente 0-4 el domingo.
En el once de Carcedo tampoco estuvo Davo, posiblemente el mejor hasta la fecha. Dejar en el banquillo a tu máximo goleador es una decisión difícil, pero el míster la tomó y le salió a pedir de boca. Con todo, el ex del Langreo, que llegará fresco al partido clave contra el Hércules del fin de semana, sigue siendo el pichichi celeste con tres goles. Con dos le siguen los citados Ekain y Castel, además de un Javi Lara que sigue haciendo honor a su segundo apellido: Grande. El cordobés firmó el golazo del partido con una falta directa ejecutada desde el vértice izquierdo del área grande. Impresionante. Goldar e Ilyas completan la lista de goleadores con un tanto cada uno.
Precisamente lo que le sobra a la UD Ibiza es lo que le falta al otro representante pitiuso de la categoría, la Peña Deportiva. El conjunto de Raúl Casañ parece estar peleado con el gol y ni de penalti pudo marcar el domingo contra La Nucía, encuentro que se saldó sin goles.
La cruz
El cuadro peñista es el segundo equipo con peor promedio anotador de todos los que componen la categoría de bronce. Ha marcado un gol en cinco jornadas (0,2 por partido) y solamente el Coruxo, colista del grupo 1A, le supera en esta particular estadística al no haber visto puerta aún en cinco choques.
Por contra, la Peña es, junto a otros cinco equipos, entre ellos la UD Ibiza, el conjunto que menos goles encaja. Los dos representantes ibicencos, el Deportivo de La Coruña, el Calahorra, el Hércules y el Villanovense únicamente han recibido un tanto en cinco jornadas, lo que supone un promedio de 0,2 dianas por jornada.
Lo cierto es que da la sensación de que la Peña, cuyo objetivo no es precisamente subir, puede acabar entre los tres primeros clasificados a poco que «esa pizca de suerte» de cara a gol, como indicó Raúl Casañ el fin de semana, cambie. Ofrece seguridad atrás y genera ocasiones, pero el margen de error en esta corta primera fase es escaso. El tiempo y el gol dirán si, finalmente, los de la Villa del Río se adentran en esa zona que permite disputar la fase de ascenso a LaLiga Smartbank, parte de la tabla en la que todas las quinielas de este grupo 3B reservan un lugar a la UD Ibiza y el Hércules.
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