Pablo Alfaro introdujo cuatro cambios de inicio con respecto al once que perdió la semana pasada tras 10 jornadas consecutivas sin saborear el mal trago de la derrota. Rubén entró por el lesionado Quintanilla, mientras que Núñez, Borja y Fran Grima lo hicieron por Arranz, Raí y Pep Caballé.
El encuentro comenzó con un gran igualdad. Es más, el filial mostraba algo más de peligro en el área que el cuadro local. Un pase de Garci a los tres minutos lo abortó Fran Grima antes de que Chiki rematara a los tres minutos de juego. Primer aviso. El equipo asturiano no venía de paseo a la isla y lo demostró jugando de tú a tú a su adversario.
A los celestes les costaba generar peligro. Para una vez que llegaron, Rodado, en el corazón del área, puso mal la pelota atrás y la acción quedó en nada. Gaspar Campos sí anduvo más cerca de perforar la red con un disparo lejano al cuarto de hora de juego.
El equipo unionista no estaba todo lo cómodo que se esperaba sobre el césped. Incluso Rubén, un seguro de vida en la retaguardia, se metió en un jardín en una jugada que, afortunadamente, acabó sin remate y con el juez de línea levantando la bandera por fuera de juego. El susto, eso sí, se lo llevaron los locales.
Los de Alfaro estaban atascados en ataque. Y eso que buscaban superioridad en cada jugada al abrirse los laterales y quedarse los centrales como únicos defensores con Núñez de apoyo. Ni por esas conseguían romper el entramado defensivo sportinguista. De hecho, tuvieron que recurrir a los disparos lejanos para tratar de hacer daño, pero ni Javi Pérez, primero, ni Pierre, después, pudieron superar a Christian Joel.
Mucho tenían que cambiar las cosas en la segunda parte para que el marcador sufriera cambios. Los porteros habían sido prácticamente espectadores y no tuvieron que demostrar sus cualidades. Parecía que sólo una acción a balón parado o un clamoroso error podría romper el cerocerismo en el tanteador.
Efectivamente, un córner a los cinco minutos de la reanudación se desniveló la balanza. Javi Lara colgó el balón al punto de penalti y el remate de cabeza de Mariano lo despejó el portero, pero Rubén, atento, disparó conforme le llegó la pelota para alojarla en el fondo de las mallas. Respiraba la grada; respiraba el Ibiza.
Y más que lo hicieron conforme pasaban los minutos, porque el Sporting B desapareció por completo en el apartado ofensivo. La UD Ibiza no pasó absolutamente ningún apuro el resto del choque. Es más, incluso la ventaja mereció ser más amplia.
Javi Lara, de falta directa, se topó con el guardameta en el 58; Kike López estrelló un obús en un zaguero en el 72; Cirio, cuya entrada volvió a notarse para bien en el ataque local, chutó a las nubes en el 75, y Núñez se encontró con una gran respuesta de Christian en un zapatazo al palo corto en el 80.
Pep Caballé, que saltó al campo por Kike López a falta de 11 minutos, también tuvo un par de ocasiones para marcar, pero ni de cabeza ni con el pie acertó a perforar las mallas. Afortunadamente para los pitiusos no hizo falta ningún tanto más. El partido murió con el 1-0 y el cuadro de Pablo Alfaro vuelve a ser segundo. Una jornada menos y el playoff está más cerca.
3 comentarios
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si se puede
Grande Ibiza
Unos chavales, miembros del club, al terminar el partido gritaron "a Tercera, a Tercera" a los jugadores y staff del Sporting. Creo que este club no debe caer en esto, aunque sean chavales. El respeto, siempre por delante.