Centenares de personas esperaron a la expedición del Barcelona a la entrada del hotel. | Marcelo Sastre

Fue cuestión de un minuto aproximadamente. Ese es el tiempo que tardaron los integrantes del FC Barcelona en bajar del autobús y entrar a descansar antes del partido en el hotel Los Molinos, cercano a la playa de ses Figueretes.

Las centenares de personas que estaban esperando para conseguir una foto o un autógrafo de los jugadores azulgrana –varias de ellas desde las nueve de la mañana– se quedaron con la miel en los labios, pues los culés no se pararon ante sus incondicionales. Algunos apoyaban al Barça; otros, al Ibiza, y también los había que deseaban el triunfo de los dos equipos, toda una quimera.

A falta de la gran estrella del equipo, Leo Messi, fueron Griezmann, De Jong y Ansu Fati quienes se llevaron la mayor atención por parte de los ciudadanos ibicencos. El portero Ter Stegen y el centrocampista Rakitic también eran esperados por los aficionados, tanto pequeños como mayores y de variadas nacionalidades aparte de la española, como albanesa, francesa y paraguaya.

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La mayoría de los ciudadanos allí presentes dijo que iría a ver el partido por la noche. Tal es el caso de Rafael Juan y Daniel Torres, de 30 y 25 años, respectivamente. Este último declaró que la visita del equipo blaugrana era «una cosa histórica» en Ibiza, por lo que tenía la ilusión de «vivir este episodio en primera persona».

De forma similar pensaba Daniela Cautela, de 14 años de edad, quien esperaba que algún jugador, «a falta de Leo», le firmara la camiseta, ya que le «gusta el equipo». Por su parte, Paulino Tur, de 70 años, aseguró que, aunque ya había visto a todos los jugadores anteriormente, se había acercado hasta el hotel por ser la «novedad» en Ibiza.

No faltaron padres con sus hijos en la recepción. Juan Manuel Querol, quien llevaba a Héctor, de tres años de edad, lamentó que no se hubiera visto mucho tiempo a los jugadores. «No se han dejado», concluyó con resignación.